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lunes, 24 de febrero de 2014

El Ascensor (2ª parte)

No importaba porque oimos voces acompañadas de un ruido..era la puerta del ascensor. Se oía en la planta baja, siendo vapuleada por.... los bomberos? Siiiiii . No se bien que senti, si se que no fue alegria, creo que fue desconcierto. Tanto querer que vinieran y ahora deseaba que desaparecieran por donde habian venido, Podeis venir luego si eso? Cabrones.... Fue oir las voces y sentir el no-movimiento de su lengua... Se acabó? Si ha sido un sueño, que cortito no? . Nosotras por nuestra parte nos arreglamos como pudimos... para esperarlos en una posición más que decente. Yo les esperé con una posición tope natural, mi mano derecha apoyada en la pared del ascensor, mi mano izquierda apoyada en la cintura, vamos como la que no ha roto un plato....ni ha hecho el amor salvajemente con una desconocida.
Quién yo? Naaaaa.
Mi cara era un poema, menuda mueca.  mi pelo un amasijo que hubiera hecho llorar al mismísimo Llongueras. Mi mano buscó mi entrepierna. Las llevo, húmedas, pero las llevo.
No me atreví a mirarla. Porque no me atrevía a mostrar mi rostro a una mujer que casi no conocía y me conocíó como nadie me había conocido antes, además no sabía que mostrar, agradecimiento? Alegría? Sopor? Indiferencia? O lo que realmente sentía? Y nunca se me ha dado bien el poner cara de poker, la verdad, así que no miré hacia atrás, era lo más fácil..
Cuando las voces se hicieron dueñas del espacio circundante, mi corazón se estremeció, como si hubiera reprimido todas las sensaciones y de pronto se hubiera dado cuenta de que ya no le cabían más. Y palpitó a toda leche, y mandó chorros inmensos de sangre en todas direcciones. Ruidos chirriantes, golpes estruendosos, vibrantes y esperanzadores (eso no lo hacía mi corazón, lo hacían los bomberos).
Ya están aquí! Ya estamos salvadas! De nosotras mismas .....
Cuando se abrió la puerta,  vi las botas negras rociadas de un polvo gris que pisaban el suelo de lo q parecia ser la 3ª planta (me lo estoy inventando, ni flores de en qué planta estábamos, bastante tenía con ponerme las tetas en su sitio como para saber dónde coño estábamos) y a esas botas le seguían unas piernas supongo y un cuerpazo de bombero (mucho suponer pero, aprovechando que la imaginación es gratis....) que ya  me apetecía ver lo que se escondía detrás de la estrecha ranura que dejaba a la vista esos zapatos. Parecía boba, mirando arriba a unos zapatos anónimos, ni que hablaran! Y menos mal porque ya estaba desbordante de emociones fuertes aquel dichoso día como para que unas dichosas botas de un bombero me den conversación.
De repente algo parecido a un motor de ascensor (obviamente) se activa y a su vez el ascensor sube. Es todo muy raro porque cuando llegamos a la planta (es el quinto, por cierto) no hay puerta de ascensor (ni de lavabo, ni de comedor, ni de cocina, ni de.... Vamos, que no hay puerta). Y sorprendentemente cuando llegamos arriba me tiro encima del bombero y este a su vez me esquiva y ..... No os imagineis el trompazo porque hoy estoy mu traviesa, os estoy tomando el pelo, me abrazó muy fuerte pero no en "erotic mode" eh? Solo como un socorrista haría socorriendo a una socorrida y desvalida mujer con los nervios destrozados después de pasarse 9 horas en un ascensor del tamaño de un huevo Kinder (se nota que tengo una hija de 4 años eh?). Seguidamente al abrazo me giré buscando a mi amante, pero mis ojos solo vieron un ascensor sin puerta. A la pregunta de cómo lo he hecho para mantenerme tan entera durante nueve horas sola, en ese espacio tan reducido, yo he contestado que de entera nada que ahí he perdido la virginidad (la lésbica, se entiende porque la otra ya no recuerdo cuando la perdí!) Pero eso ha sido solo en mi pensamiento, de mi boca ha salido un Sola?... si no estaba sola....



BOLAS

Hoy he entrado en el blog y me he sorprendido de los días que me he tomado la libertad de hacer vacaciones! En realidad me estoy adaptando a la nueva situación y hoy es el primer día que he encontrado un hueco para escribir, bueno debería decir que me he permitido sentarme delante del ordenador a pesar de tenerlo todo patas arriba. Con no mirar, verdad? Así que para no sentirme culpable y seguir haciendo lo q se supone que estaba haciendo (no me cunde mucho, cierto es) Voy a transcribir un escrito que me encontré ayer y por lo que dice lo escribí cuando conocí al padre de mi segunda "superwoman" hija, el segundo amor de mi vida, aunque debo decir que no importa ser segundona en este caso porqué el amor que siento es tan enorme e incondicional , que no hay cabida para prejuicios, envidias o celos (pero ella no lo sabe se ve).


BOLAS

 Soy un saquito de bolitas viviendo sobre otra bola que rueda y rueda. Una bolita de nervios entre mi espalda y la pared... de mi cuello, dicen que parezco una tortuguita, una bola enorme de emociones que casi me atraganta el corazón porque no me cabe, no me cabe en el pecho, una bolita (permitidmelo, va) de grasa bajo mi ombligo y muchas bolitas que giran y giran en un vibrador, mi vibrador mi antiguo consuelo. Ahora te tengo a ti para lo bueno y para lo malo. Ahora te tengo a ti para hacer recuento de bolitas, que en realidad existen recordándolas a tu lado, en realidad ahora me sobran todas, en realidad molestan todas incluidas las del consuelo.

"Te quiero como el mar quiere al pez que nada dentro". Saciada de amor

sábado, 8 de febrero de 2014

Paciencia al vacío

Me parece muy gracioso como, sin quererlo, hago de mis días una ruleta rusa, algo emocionante y lleno de sorpresas. Hoy he llevado a mi hija pequeña al colegio, hasta ahí todo normal, hasta que hemos llegado a la carretera y ahí estaba la señal en forma de guardia urbano, al girarse mirándome fíjamente a los ojos me suelta "No corras que ya me espero Y me espera con los brazos abiertos, el tío (pero abiertos haciendo la señal de "pasen, pasen", que nadie se vaya a pensar (no os vayáis, no) , no penseis que se alegraba de verme) - Ya tienes mucho ganado pudiendo llevar a tu hija al cole, no quieras correr ahora". Zasca!  (Esto lo diría mi hija mayor, lo dice unas 430 veces al día, eso yendo al cole, si es fin de semana lo dice el doble de veces) . Y me asalta una duda... Y a este señor de que lo conozco? A ver si la he liado parda y no me acuerdo, me alucina cómo todo el mundo se preocupa por mi,  y me alucina aún más como todo el mundo me conoce y yo no lo conozco a él (al mundo) Me sabe mal porque me relaciono con algunas madres del cole (algún dia tenía que empezar) pero no siento que sea mi autentica yo, me pasa mucho últimamente. Parece que me remodele, que renazca, porque soy totalmente distinta, totalmente otra. Y asoma otro problema, que al día siguiente no las saludo, deben pensar que soy una estúpida o algo parecido, pero la realidad es otra y es que no las recuerdo.  El otro día tuve que llamar al cole para hablar con el tutor de mi hija mayor y el final de la conversación  fue - Cuídate mucho y no quieras correr. Pero qué manía con no dejarme correr, si a mi me gusta correr, qué pasa, qué no puedo? Pero porque me conocen todos? Porqué no paran de recordarme que mi trabajo ahora es la paciencia? Sufrimiento empaquetado al vacío, vacío que la verdad,  me ha ido fenomenal porque el no recordar me ha ayudado a seguir hacia adelante sin hacerme una gran montaña de todo esto y dejándome avanzar, y no recordar (sonará pésimo y duro pero no deja de ser cierto) que las personas que han estado a mi lado han sufrido y siguen sufriendo mi vacío, mi desorden, mi olvido y mis paranoias y aprovecho para deciros que me perdoneis, que lo siento mucho, que os agradezco mil toda la paciencia que teneis conmigo y que os quiero kilos, pero ahora ese vacío me impide hacer mi vida normal y ser como era antes (cómo si normal, fuera una de mis cualidades, aajajajaajaja), por eso, porque olvido continuamente lo que iba a hacer, donde dejo las cosas, que he quedado , (lo positivo de esto es si has quedado como una imbécil, es maravilloso olvidarlo, o no?).
Hoy han llamado a la puerta, era un repartidor con un S4, se ve que lo había pedido, es una risa tot plegat, pero no veas que contenta me pongo cuando me hago estos regalos y me sorprendo a mi misma, porque me lo merezco, que coño! Porque yo lo valgo! Cuando el repartidor se va por dónde ha venido me giro y veo la tele y lo que es más raro todavía, la enciendo, mi tele tiene personalidad propia, la vuelvo a apagar. (La antena no coge ningún canal, excepto Intereconomía, no se si echarla de casa o tenar una charla con ella, y de paso, con un psiquiatra, ya que estamos).

Voy avanzando y  eso es lo que importa. Aunque el avance sea milimétrico, me vale. Igual que me vale la sonrisa de mi hija adolescente aunque solo me regale un atisbo del contorno de sus preciosos labios, aunque solo sea contoneándose en media sonrisa, solo media  y casi automáticamente se vuelven rígidos en su insistencia por demostrarme que no le caigo bien, que soy "su culpable". Y espero eternamente, si hace falta, hasta que me vuelva a regalar ese atisbo de sonrisa solo superada por ese atisbo más esperado si cabe, el de su profunda confianza. Soy inmensamente feliz cuando en un desliz se le olvida el odio que me profesa. Entonces vivimos unos minutos de complicidad, ese roce que tanto echo de menos. Me pregunta, como si yo supiera, si puedo, le respondo, tan simple y cotidiano como eso. Me siento como una pordiosera, deseando que le caigan unos pedacitos de su amor para saciar el hambre que me pega las paredes del estómago, el hambre de respeto, de estima, hambruna por una atención,  su atención, su mirada escudriñándome. Pero hasta eso me parece grandioso, ser lo más importante de su vida después de todo... Aunque sea "su culpable"preferida, prefiero serlo que ahogarme en su indiferencia.
Y voy avanzando y eso es lo que importa. La peque. Su sonrisa ya me envuelve, por lo enorme, cada vez que sonrie, su sonrisa me abraza a lo grande y noto como se me eriza la piel y se me humedecen los ojos. Cómo, sin saberlo, echaba de menos a mis hijas..... que no son mías (que son bastante suyas las dos, la verdad) y avanzando me voy a dormir, dormir.... cerrar los ojos mirando al alma, de ahí vienen los sueños. De ahí viene todo, de ahí he sacado todo lo que soy, de ahí he sacado la fuerza para seguir viviendo, soñando mirando al alma....
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viernes, 7 de febrero de 2014

Querido queridísimo

Este escrito lo escribí hace ya unos años, y es un escrito "superviviente" .  He estado a punto de borrarlo cientos de veces pero no lo he hecho, me lo encontré hurgando en mi ordenador cuando lo iba a "limpiar" para dárselo a mi hija. . Lo encontré hace ya un tiempo pero cada día lo cuelgo y lo "descuelgo" porque hay días que no lo soporto y días que no lo entiendo, porque ahora estoy viviendo otra cosa, no entiendo la soledad como un problema, sino como una necesidad. Ahora estoy felizmente sola y felizmente acompañada por mis amigos, aunque no los vea, los noto rozando mis anhelos, porque ha quedado lejos ese sentimiento de Soledad con mayúsculas. Bueno decidí hace ya días no juzgar mis escritos, ni juzgarme a mi misma por encima de todo, así que lo cuelgo todito todo y este no iba a ser menos, así que por fin ha llegado el día que he decidido "colgarlo" porque hoy lo he vuelto a leer y me ha parecido la cosa más ñoña que ha parido madre, pero hoy me lo permito. Hoy soy feliz. Aunque no os lo parezca hoy he dado un gran pasito.


Querido queridísimo,

Llevo un buen rato buscando en el tocador de mi habitación, pero no hay manera, no consigo encontrar mi inestimable y hasta ahora inacabable paciencia. He buscado ya por toda la casa y el tocador era mi última esperanza.
La perdí ayer, un domingo lluvioso y especialmente tórrido. Decidí no quedarme en casa e ir al cine, Era un domingo que amenazaba con tormenta y no hablo precisamente del tiempo. Y así resultó, resultó ser uno de esos domingos jodidos, emparejados, dolorosos para los “sinpareja”, un domingo de hurgarte en la herida, un domingo solitario por excelencia, bajo y encharcado, y no sólo porque llovía, sino porque te hacía sentir la lluvia en lo más profundo de ti mismo, oler tu húmeda angustia, y notar el tacto áspero de la tierra abandonada.

Solo se veían parejas, cientos de ellas, hasta los perros iban de dos en dos, y solo para recordarme cada segundo que yo iba sola, SOLA con mayúsculas, con letras de neón De repente todas las personas que estaban paseando por la calle posaron su mirada sobre mi, y empezaron a cantar y bailar, todos me cantaban a mí, a la que estaba “SOOOOLA, MIRAAAAALAAAAA LA POBREEEEEE QUE ESTA SOLAAAAAAAA” rodeándome y sin dejar de cantar y bailar, y no faltaba nadie en mi musical: pareja número uno besándose bajo una farola, pareja número dos paseando al perro, pareja número tres paseando al niño, pareja número cuatro paseando a secas, pareja de guardia civiles de la mano, pareja de parejas y por supuesto no podían faltar la pareja de ancianitos modelo “llevamossesentaañosjuntosycadadianosqueremosmas” ni la pareja en tándem, en fin, la calle entera alborotada y llena de paraguas en movimiento. No hay para tanto, pensé, cuántos darían lo que fuese por tener un domingo por la tarde para ir solo al cine, sin niños, sin el “cónyuge” (palabra fea donde las haya), solo necesitas tus ojitos lindos para ir al cine ¿no? ¿Desde cuando para ir al cine tienes que usar los ojos de otro, eh?

Empieza a molestarme que en todas las ocasiones en las que pido la entrada para el cine siempre me den dos -¡Perdona solo te he pedido una! - Aaaay, ¿sólo unaaaa? Comentario siempre acompañado por esa carita de “pobrecita, animalico”. Y, por supuesto, todos los de la cola y las chicas de la taquilla se pusieron a cantar “SOOOOLA, MIRAAAAALAAAAA LA POBREEEEE QUE ESTA SOLAAAAAA”….Que “jartura”, de verdad. La peli estaba bien por eso, algo es algo, mucha risa pero por dentro, extrañamente no he exteriorizado ni una triste sonrisa, claro que si empezamos a analizar el asunto todo tiene explicación. Quizás el estar rodeada de un grupo del Imserso no daba pie a la concentración. A mi derecha tenía a un señor mayor, pero que muy mayor en dimensiones, su mujer que era muy delgada le dejaba parte de su asiento para los michelines que no le cabían en el suyo propio. ¡Qué barbaridad! Pero era un hombre sin complejos, es más, le encantaba su propio cuerpo, vamos le gustaba mucho, pero que mucho, porque no paraba de tocárselo el tío. Yo, de los nervios. ¿Y si se le acaba el cuerpo y empieza con el mío? El tipo de mi izquierda había envejecido mal a mi entender, su halitosis se extendía por doquier a norte, sur, este y oeste del cine, ¡era algo tremebundo! Algo falla en esta vida que nos ha tocado vivir, ¡¿Cómo es posible que “halitosisman” y mister “tomelotoco” tengan pareja y yo no?! Allí estaban esas mujeres desprovistas de todo criterio o sentido común, y una de ellas también tenía el olfato atrofiado, sino, no se entiende. Imagínate mi estrés cuando venia algo verdaderamente divertido, halitosisman soltaba una risotada y yo llegaba a un extraño estado de embriaguez, creo que hasta llegué a ponerme bizca, así llegué a convertirme en la espectadora impasible, unas ganas locas de pasarlo bien y al mismo tiempo aterrorizada ante la expectativa de que al pasarlo bien yo, también se lo iba a pasar bien él y esos gases lacrimógenos volverían a fluir de aquella boquita de piñón.(de piñón podrido, se entiende). Lo peor es que una vez acostumbrada a ese olor me llegaban los efluvios de ese particular aroma de las personas de “cierta edad” mezclado con Heno de Pravia, ¡joé! ¡Así no hay quien se concentre!! Se acabó la peli. ¡Tira pa la casa!

Al salir nada había cambiado, seguía siendo un domingo de los que cortan la respiración a los solitarios, seguía siendo de los que me regalan ensoñaciones que nunca pedí, que si chimenea, que si alfombra, copita de vino (y mira que no me gusta el vino pero para los sueños, que sueños son, siempre queda bien, no me acabo de ver en un momento romanticón con el calimocho) y por supuesto la compañía de aquel hombre sin rostro que te abraza para no soltarte... o sea, tú.

Mientras mis piernas se dirigían hacia casa con paso firme y decidido (se saben el camino de memoria, tengo unas piernas cojonudas), mis ojos se paseaban por el camino disfrutando del precioso paisaje de cemento y las especies autóctonas como los semáforos y las farolas cuando de repente se detuvieron en la entrada de un bar. La puerta y toda la parte frontal era de cristal glaseado y se adivinaban las figuras de aquellos que estaban pasando la tarde…Pero mis ojos no estaban interesados en los clientes del bar sinó en un solo punto, mi cuerpo me expropió de toda voluntad y se detuvo en seco, giró sobre sí mismo y casi sin darme cuenta me encontré de espaldas a aquel cristal glaseado. Coloqué suavemente mi mano allí donde alguien también tenía su mano apoyada al otro lado…. E imaginé el amor, el amor lento, sin prisas, redondo, sin puntas, con muchos graves y casi sin agudos, como el ronroneo de un gato, tibio, sin heladas, ni sequías pero con algún que otro chispazo de pasión y algún que otro rasguño desenfrenado. Y sin gritos, sobretodo sin gritos. Me quedé allí un instante eterno con los ojos cerrados y las lágrimas rodando, y mi mano seguía conectada a través de un patético cristal al contorno de una mano totalmente anónima, conectada a un mundo irreal porque era la segunda vez que soñaba despierta. Pero mis lágrimas sí eran reales.
Y fue entonces cuando perdí la paciencia. En ese preciso instante perdí la paciencia que durante tantos años había estado cultivando y cuidando. Tanto cuidado y esmero para nada, ¡para perderla en un segundo! Pero realmente ya había tenido bastante de memeces.
Habeis llegado a leer hasta aquí!? Pues felicidades, porque yo me hubiera cansado muchísimo antes, estoy cansadica de tanta acritud! No me soporto!
Me merecía algo, una bonita historia de amor, que me recordara que soy mujer, que estoy viva ¿Jolin, por qué no? Necesitaba que llegaras con urgencia y me permitieras disfrutar de la pasión de un comienzo, de tu compañía, de la suavidad de lo previsto.

Así que, querido, queridísimo dueño y señor de mis sueños, de los que duermo, de los que deseo y de los que derramé por el camino, haz el favor de aparecer ya en mi vida porque no soporto los musicales, ni los misterios y quiero saber quien eres, quiero saber si existes, si quieres pasar el resto de tu vida a mi lado (hay que tener un par para querer pasar el resto de tu vida con alguien que se inventa musicales dramáticos con farolas y... en fin) y quiero además saber que no voy a pasar lo que me queda de vida sin ti, seas quien seas.
Siempre tuya (pero no eterna),


La Impaciente Inglesa.
P.D.: Si tardas mucho más en aparecer me encontrarás deseable pero con “ch” intercalada.


Este es un chiste para inteligentes, pero esos no habrán llegado hasta aquí, supongo ...

miércoles, 5 de febrero de 2014

Yoga no, tu pierdes



Este fin de semana ha pasado algo mágico en Madrid nos hemos pasado desde que hemos salido de Barcelona-Sants hasta que hemos llegado a Atocha, riendo sin parar, pero sin parar, y no estoy exagerando ni pizca, solo comparable a la noche yogui-risa por excelencia de hace una cachiporrá de años. Así que, ahí va, solo recordarlo nos hace reir un montón, igual que este fin de semana que cada vez que recuerdo algo no puedo evitar soltar una carcajada.

Una noche cualquiera, perdón, no era una noche cualquiera, era una noche especial y por eso íbamos a un lugar en Castelldefels que celebraban algo así como la reconexión de las almas, o q la luna estaba muy nueva y había que estrenarla, o muy llena, y había que vaciarla o ...era la celebración de la consciencia de los ornitorrincos? Pero vamos a ver, esto, quién longaniza? Iban a hacer cantos por la paz? Buenoo, basta yaaaaa. No se, la cuestión es que recuerdo levemente el porqué fuimos, pero no puedo olvidar porqué nos quedamos, aquella gran noche, es que no tuvo desperdicio...
Ya empezó rara, teniendo en cuenta que eramos un grupo algo disperso, que la mitad no nos conocíamos, vaya. Eran amigos de P. y O., su hermano, yo conocía a S., y a la novia de O., o sea C, (esto empieza a parecer Barrio Sésamo, ahora dejaremos las vocales y consonantes y empezaremos con los números!!) pero de todos los que íbamos creo que ya está. De hecho fue la novia de O., o sea C, quién comentó que había algo interesante en Castefa, y a nosotros que nos costaba mucho que nos convencieran para ir, pues fuimos. No recuerdo cuantos coches íbamos, tres me parece, y claro postadolescentes perdíos,(esto podía haberlo escrito con más elegancia.... "íbamos nosotros con la sensación de la libertad juvenil en grupo", por ejemplo, o "íbamos nosotros con las hormonas alteradas a cachiporra"-Para los que hayais pensado que porque repito tanto ese palabro sin sentido, digamos que ya os lo desvelaré la próxima vez, pero para ir adelantando, es la razón por la cual mojé los pantalones este fin de semana, pues imaginaos como ibamos, haciamos más ruido los personajes que los ocupabamos, que el motor mismo de los coches (ahora no os imagineis que íbamos en coches tuneados, motores rugiendo, y el viento aleteando nuestros tiernos mofletes, nada más lejos, nosotros eramos los que rugiamos, y mucho, era exagerao, hasta para los libertarios juveniles en grupo. Pero los coches en si mismos los recuerdo mansos, es más, los recuerdo lentos y sin sangre (para un coche esto no es....sin gasolina, más bien). Bueno, total, que en uno de esos momentos de euforia colectiva la novia de O., o sea C, se iluminó y nos dijo: - Otia! Creo que había que llevar algo como ofrenda!. Y para que nos dijo nada! Al segundo, estaban los tres coches haciendo trompos como si fueramos familiares del Vaquilla, y yo, inocente de mi, pregunté que dónde cojones íbamos? A lo que la reacción popular fue dejar unas marcas neumáticas en la carretera con un triplete de frenada que ya le gustaría a los de Fast and Furious.
Unos momenticos después, ya más relajaos, alguien dijo que en las rotondas que habíamos pasado habían flores la mar de majas, así que, ni cortos, ni perezosos, hicimos unas rotondas al estilo más gitano, gipsy style y riéndonos, cómo no, a carcajada viva, vamos, cómo solo lo puede hacer un grupo con la sensación juvenil esa q mencionabamos antes, arrancamos sin piedad las florecicas que su nombre en latín creo que era "rotondus majus". Esas carcajadas, difuminandose en risillas, mezcla de nerviosismo y travesura, ya no se despegaron de nuestro ser, ni de nuestra piel, en toda la noche.
Causamos sensación ... seguro, era todo un cuadro vernos llegar a la puerta del templo del misticismo con nuestras chupas de cuero, con las manos de algunos agarrando un ramo de flores mustias, con raices terrunas colgando de todas ellas, y esas tremendas risillas.....

Ya cuando entramos tuve la sensación que algo no iba bien... Cómo unas personas que se proclaman a los cuatro vientos, libres y llenos de amor (si lo mezclas todo queda amor libre, no?) pueden separarnos por sexos - Los chicos a la puerta de la izquierda y las chicas a la derecha. Dijo una chica con voz de pito y con un camisón blanco (Ese uniforme causaba furor en esos ambientes, parece ser,porque vimos a un@s cuant@s vestidos igual durante toda la noche. Nosotros íbamos muy adecuaditos con nuestros tejanos y las camisetas de AC DC, bueno yo casi iba adecuadita porque mi camiseta de IRON MAIDEN (siempre diferente) ,me iba tipo camisón, lástima que fuera negra.
Yo estaba de los nervios... Que nos harán ahora? Nos harán desnudar? (si, qué pasa mi mente funciona así desde que me hice adolescente, cuando deje la adolescencia dejaré que mi imaginación enfermiza se vaya con ella) Nos harán una charla de tres horas sobre los 7 chakras y el sexo? Pues no! Nos pidieron por favor que nos quitaramos los zapatos. Y para eso nos separan? En la habitación de las "chicas" había un bicharraco gigante (creo que era un loro o un papagayo del pleistoceno, eso seguro). Recuerdo tres cosas, que era enorme (creo que medía más que yo y no exagero, lo q si q hago es repetirme pero exagerar, ni miaja) , que sus graznidos eran rompedores! Y que no pegaba nada en el ambiente. Qué hacía un bicho como ese, enjaulado en un lugar como ese? Con la charlatanería que llevaba y los graznidos que pegaba (de un volumen ensordecedor, por cierto) invocaba poco (o nada) al amor o a la quietud. Y ya lo de libre ni hablamos...

Una vez los grupos de la brecha a un lao y el de la palanca al otro, nos quitamos los zapatos y oh la madre del mantra! tenía un tomate enorme en el calcetín por donde asomaba el dedo gordo con una uñaka del calibre de las uñas de Freddy Krugger. Así que ya os podeis imaginar a dónde se me fue el misticismo aquella noche mágica. Estaba tan pendiente de que no se me viera el tomatarro del calcetín y menos aún aquella uña amenazante, que me perdí, y perdí toda consciencia del momento y perdí mi capacidad de análisis, y mi capacidad de reírme de todo, mi capacidad de percepción y mi capacidad para ver el lado bueno de las cosas, es decir, que me volví una incapacitada total, solo había que verme subir las escaleras... Parecía una rarita que se había escapado de algún centro de esos para niños especiales, arrastrando las plantas de los pies para que no se escapara la puntica del calcetín donde estaba el famoso tomate (y la famosa uña, no nos olvidemos de ella) . Vergüenza me da confesar que llevaba tomate en ambos calcetines, así que no se si os dará para tanto la imaginación como para haceros una composición de lugar del tipo de convulsiones que mi cuerpo producía para que mis pies no dejaran ir aquellos calcetines rebeldes (mi vida y los calcetines..... sorprendente!). Para facilitaros la imagen os daré una pista: Si mirais el video de Thriller de Michael Jackson os podreis hacer una idea,( bueno. De dónde he sacado que yo me moviera con tantísimo estilo?). Calla que a lo mejor guarda relación mis convulsiones de ahora con los calcetines. A ver si llega el buen tiempo y me quito los calcetines definitivamente (Por probar). Y al fin llegó el final de la escalera, llegué con agujetas, claro está, con la autoestima a la altura de los putos calcetines, y más sola que la una (claro, a quién le apetece ir al lado de una peonza humana bailando la coreografía de thriller”?, bueno, dándolo todo, estaba yo, eso es) Cuando traspasé la puerta de la sala dónde íbamos a hacer lo q fuera q íbamos a hacer, me quedé patidifusa. Al fondo había un pequeño altar con un ser sentado encima, vestido con un camisón blanco (que supongo que era un hombrecillo) con sendas manos ocupadas con sendos miniplatillos, que, dicho sea de paso, nos iban a dar el coñazo el resto de la noche. Y si mi memoria no me falla (quizá algo distorsionada, pero fallida... naaaa) el hombrecillo estaba rodeado por un montón de flores blancas preciosas (sin duda no eran las berzas q habíamos traido nosotros, que podríamos llamarlas Brassicas oleraceas (en latín siempre queda mejor), y no olvidemos que iban con sus raices y todo. Estaba el señor místico cantando un dharani (si, podeis cantarlo, no os corteis y ala, dad rienda suelta, bueno si estais solos mejor, y en la ducha mejor que mejor) al que, todo hay que decirlo, estaban todos los de la sala muuuy atentos. Menos nosotros que si haciamos caso nos descontrolabamos y atacábamos con nuestras carcajadas.Y el dharani decía tal que así: ATTE TATTE NATTE VANATTE ANADE NADI KUNADI SVAHA. Más o menos eh! Tened en cuenta que de eso hace 20 años por lo menos y no me acuerdo al pie de la letra, vamos que me lo he sacao de la manga (lo he sacado de San Google, lo confieso, puse “mantras que te hacen reir hasta el punto de mearse encima” y salió este y muchos otros pero este es el que me sonaba más) que fácil nos hace la vida San Google, ya no sabría vivir sin él! Lo que si recuerdo es que yo tenía los labios apretados para que no se me escapara la risilla esa, tan característica en mi, que me sale en misas, bautizos y comuniones (no he puesto museos porque no tengo costumbre de ir. Si, claro, a los otros sitios si, me harto de ir a misa cada día de la semana. No os riais, no, q seguro q nos encontrabamos más de uno en la puerta para robar el cepillo, (explicadme porqué se le llama cepillo, por favor) esta crisis va a acabar con nuestro sentido del humor, de la dignidad y de todo, resumiendo va a acabar con nuestro sentido, que no tiene ninguno, la verdad (Hay que ver lo dispersa que estoy no? Hoy voy a topeeee,) En fin que estaba yo tan concentrada apretando los labios superiores para no soltar la carcajada que iba a hacer girarse a todos los que estaban sentados en el suelo, que los inferiores los descuidé, parece ser, no pude contenerme y mojé los pantalones (diré en mi favor que los mojé poquito). Todo sumado era mucho, mucho era. Ir con los dedillos de los pies enroscaos para esconder los tomates, apretar los labios de arriba y de abajo, evitar mirar a mis amigos a los ojos, apretar los ojos para no llorar y no ver a mis amigos (eso ya lo he dicho, verdad? hay que ver como estoy) ...recordemos que estaba en modo incapacitada (y por lo q estamos leyendo sigo en ese modo), y en esos momentos, eso era más de lo que podía asumir. En un momento dado mi cuello hizo un ademán a la izquierda (no me preguntéis porqué, pero así fue) y me encontré a S. sentado en el suelo y votando todo él, todo su cuerpo era una fiesta de convulsiones. Sus hombros parecían tener que salir disparados a la de tres, y lo peor de todo es que todo ello iba acompañado de sonido. Se oía su culo rebotando contra el suelo, se oía su risilla sorda, en fin que al chaval se le oía, yo veía su espalda pero parece ser que el síndrome Siir (Síndrome de la Incontenible e Incontrolable Risa) se contagiaba por momentos porque a mi es lo que me faltaba para sacar de mi garganta un graznido? no se como describirlo porque era mitad ronquido, mitad resoplido ??, acompañado de una salida de mocos que gracias a Budha no lo vio nadie, o eso creo. Cuando me vi a las puertas del descontrol me giré y me topé con la pared, mi salvadora. Me senté y respiré profundamente para ver si se me pasaba (cara a la pared, claro para ocultar esas bonitas, gordas y verdes candelas) y dónde coñe están los kleenex cuando los necesitas??? Sorprendentemente aún no había conseguido controlarme cuando una mujer sentada a mi vera dijo: - Quiero compartir con vosotros una canción que le cantaba a mi hija para q se durmiera, y la tia se pone a cantar, yo no se como deben cantar los ornitorrincos pero seguro que se le parece mucho. Empecé a votar yo también, inevitable. Lo que me sorprende es que aún recuerdo el nombre de su hija y su canción que, para que negarlo, era cachiporra pura: “Laaaaaaauraaaaaaa, Laaaaaauraaaaaa, dueeeeeermeeeeeteeeee mi dulceeee membriiiiilloooooo, os aseguro que mis lagrimones caían a raudales creo que creé una mancha de humedad en la pared (dejé una forma bastante rarita. si te la mirabas largo rato se parecía a y hasta aquí porque antes de que me echaran o me quedara pegada en la pared me fui toda yo, todo glamour, convulsionando fuera de la sala. Me pregunto que tendrá la casa que no paro de deambular como un zombie bailando claqué, mis pies y sus tomates me llevaron hasta la cocina, no sin pasar por un lavabo y desahogarme, bueno, vaciar el depósito,vaciar mi nariz y ya calmadita

Por fin, me miré en el espejo y pegué un brinco, menudo susto me había pegado a mi misma, por Budha! Parece ser que mis lagrimones son radioactivos porque he desconchado la pared y se me han quedado pedazos pegados en la cara, lo que me faltaba, ahora si, ahora si que parezco un zombie!!! Que poco ha durado la calma, vuelvo a andar dando botes hasta la cocina, y me encuentro a S. con los carrillos llenos comiéndose las ofrendas que habían traído, aquello era el paraíso de la tortilla. Tortillas de patatas, de boniatos, de espinacas con piñones, de verduras, de queso (no era queso, era tofu) y como no, tortillas de varios huevos .....Entonces se unieron a la comilona P. y O. y cuando C. entró en la cocina casi le da un pasmo... - Pero que haceeeis????!!!!! Nos giramos todos pero no pudimos contestar ninguno, bueno si que podíamos, pero a riesgo de escupir varios proyectiles en forma de croqueta de tufo,perdón de tofu. En ese momento pensé. "si hubiéramos traído huevos podríamos haber hecho una tortilla con las florecillas de la rotonda., y no hubiéramos quedado tan malamente.


PAZ Y AMOR PARA TODOS (SIN TOFU POR FAVOR QUE A MI NO ME GUSTAAA)






martes, 4 de febrero de 2014

Laura

Ahora que he escrito algo para Sergio, me apetece colgar esto, que escribí hace muchos años (No recuerdo cuantos), Perdóname Laura, te quiero mucho y por eso no me apetece recordar cuando te fuiste....lo siento,  y gracias.

Vivió cuarenta primaveras de crudo invierno, con pedacitos de otoño suave y algunos retales de estación cálida y se fue sin despedirse, se fue con prisa, pero curiosamente acortó las distancias de su tierra y de su pasado antes de irse. Dejó su huella marcada a hierro fundido. Y ahora nacen los recuerdos de esa mujer, superviviente, amante, luchadora, solitaria, que atacaba de frente con una enérgica sonrisa, las heladas, las tormentas y las erupciones volcánicas.....
Pero a veces el miedo gana batallas imposibles.
Cuando la vi por última vez, me recreé buscando los años que supuestamente se habían apoderado de ella, pero difícilmente le hubiera echado más de treinta, parecía una mocosa con mirada de vieja, y por un momento deseé ser tan bella en estado puro, sin trampa ni cartón. Recostada en el sofá con el cabello despeinado, el pantalón de chándal y una camiseta apolillada, y aún así emanaba tanta belleza… Y me recordó a mi misma cuando sus labios dibujaban una sonrisa explicando el sufrimiento de largos años de encierro emocional, atrapada en un sinsentido, encerrada en una trampa de la que consiguió salir, pero de la que perdió diez años de su vida, irreversibles e irrecuperables.
Me entristeció su autoengaño al encubrir la razón por la cual no quería tener hijos, por ser un pájaro libre sin tierra de destino, dijo. La dulce uruguaya que aterrizó en Barcelona con un saquito de esperanza hace dos décadas y se quedó atrapada. No se donde estaré el año que viene, ni el otro…No tardó ni dos semanas en dejar estas tierras para siempre, pero sigo sin saber su destino, porque yo no creo en cielos ni en infiernos, y no se donde vamos cuando se nos apaga la vida. Pero dejó este mundo por culpa de aquel hijo que ella nunca quiso tener. Porque 20 años atrás alguien le sugirió que era peligroso tenerlos, ella no tenía derecho a ser madre, era un bicho contagioso. Por eso se sorprendió cuando después de un período eterno sin vernos se encontró con mi hermana que llevaba a mi hija de la mano, cuando supo que era mía, tuvo una sensación agridulce, se alegró y se llenó de ternura al verla, y le removió las entrañas su propia limitación. Ella engulló hasta lo más profundo su pena, cambió de amigos, de barrio, de ánimo, para enterrar esa pena que acabó engulléndola y enterrándola a ella. Nunca se lo dijo a su pareja, ni a sus nuevos amigos. Nunca se dio a si misma la mínima oportunidad... Te quiero y te llevo profundamente en el corazón.