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jueves, 14 de marzo de 2019

Ni me acuerdo

No me acuerdo de nada solo que he intentado montar una mesa que compré por wallapop y me he reído mucho, mucho yo solita con todas las tonterías que se me iban ocurriendo, eso siempre lo hago, mejor reír que llorar. Sentada en el suelo (una novedad y un atrevimiento teniendo en cuenta que mis articulaciones  se han contraído a base de abusos, terrores diurnos y nocturnos, contracciones sin distracciones, en fin que, en definitiva no suelen responder a la primera).  Leyendo el primer enunciado en las instrucciones... Montaje 45 min. y eso es lo que he tardado en separar por grupos los tornillos, y después de dos horas estaba igual que al principio... en fin, menos mal que la mesa es sostenible porque la ha sostenido el transportista hasta mi puerta y se sostiene con cuatro patas bailongas (he sido incapaz de apretar esos tornillos del demonio, igual me he equivocado y he usado los c15 en vez de los c16).
Suena el timbre de la puerta (todavía no me he puesto timbre en ningún otro lado,  así que es fácil no equivocarme) y después de gritar yaa voooy, mientras me levanto (muchas veces cuando llego a abrir la puerta de la calle ya no hay nadie, una de dos, o la gente hoy en día no tiene paciencia, o mis estiramientos se alargan hasta que oscurece).
Me estreso, ha llegado la otra mesa, si aún no he montado la que me trajeron antes de ayer!...Respiro, entro la caja (el doble de grande que la anterior). Me siento en el sofá (ya tuve bastante deporte de riesgo por hoy). Cierro los ojos. La niña! Me levanto de un salto (a veces me olvido de mis articulaciones y funciona tu!). Me voy a la cocina y no se para qué, si la nevera está vacía y mi imaginación también. Voy al cole, con esa sensación que me acompaña últimamente, que pasa el día y me pregunto qué he hecho, nada importante aparte de no olvidar entrar aire en mis pulmones....para qué me senté a escribir....
Ni me acuerdo

Sincronicity

Ni recuerdo como empezó pero si recuerdo la ansiedad que me entró, antes de que finalizaran los pases, tenía que ir a Madrid, oí que posiblemente se prorrogaría, pero no podía arriesgarme, lo pensé y lo dejé ir, así funciona, es una ley universal, pide y se te dará.
Tengo necesidad hace algún tiempo de cambiar de aires, de ver amigos de verdad, de esos que con solo una mirada saben, con solo un suspiro te intuyen, que solo con una sonrisa, empieza una nueva aventura. Y así fue como pasó todo, un amigo, un chat, una amiga, una intención común, y una gran sorpresa, para ellos y para mi, pim pam pum fuego, que fácil fue, qué fácil.
Luego teatro, brutal.

NI CON TRES VIDAS QUE TUVIERA

TOTALMENTE RECOMENDABLE, si te atreves, si te va el deporte de riesgo, no dejes de verla

Luego celebrando un cumpleaños, luego una decepción, luego un descanso y un retortijón. Y una sincronía, Claudia 600 km más allá sincronizó su retortijón con el mío. Y probó el miedo y el terror, y la aguja y yo no estaba allí, no estaba allí y sentí que le fallé, como sentí que le fallé a su hermana cuando era un bebé y por aparentar y por no querer que se rieran de mi, la dejé sufrir en San Juan la noche del estruendo, la noche donde perdí mi empoderamiento como madre, mi autoestima....
Y luego ufff, pensamientos, encontrados y desencontrados, pero a la vuelta me llevé el corazón lleno y la caja de los truenos vacía. Libre, sin miedos, comprendida, abrazada, acompañada, sin juicios, con alegría, amor, compañerismo, amistad.

Qué bonito Madrid, qué bonitas sus gentes.
Qué bonita yo, cuando piso la meseta.