Es increible como lo freaky llama a lo freaky, porque de todos los carnavales del planeta, el del pueblo ha sido sin lugar a dudas el más más de lo más. Mi primera pregunta es, porque de una comparsa de 148 personas, solo a mi se me caía las antenas y la peluca tooooodo el rato? Todos bailando, botando, cantando y yo iba con una mano intentando empujar el carro de mi hija, y con la otra agarrándome ahora la peluca, ahora las antenas. El momento álgido fue una cuesta muuuy costosa donde iba perdiendo como de costumbre la peluca y las antenas, pero lo mejoré con una inexplicable subida de leggings, cosa que aún hoy sigo sin entender... se me subieron hasta las rodillas, y claro iba cuesta arriba empujando el carro, con la peluca de lado, y las pantorrillas al aire (gracias doy a que era de noche y a la precaria iluminación del pueblo porque no recuerdo en que año bisiesto me depilé por última vez). En fin, por si no lo habeis adivinado íbamos disfrazados de abejitas, y todo fue muy absurdo. El pueblo es muy pequeño, así que los que formábamos la comparsa ¡éramos el pueblo! Así que fuimos deambulando por el pueblo tirando caramelos al suelo y allí se quedaban, y se oían comentarios del tipo.. "Pero para qué vamos hasta el final de la calle si no hay nadie mirándonos!!!" Otro muy bueno... "Me tiras caramenlos y yo te los tiro a ti?" La carroza parecía el logo de Rumasa,... En fin... Para rematar nos tocó el primer premio (si, si había concurso de disfraces, juasjuasjuas) y nos tocó un jamón....
