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jueves, 17 de febrero de 2011

Paseando a Miss Daisy





Tengo la sensación estos días de que os engaño un poco...Bien, que sepáis que yo soy la primera engañada de la lista... siempre escribiendo en tono jocoso mis días de infortunio... que lo son, porque las cosas no están siendo del todo fáciles. Y llevo un par de días más consciente que inconsciente y claro por eso de ser la novedad (lo de estar viviendo en el mundo de la consciencia digo), me siento más perdida que nunca y veo mi reflejo algo doblegado y desorientado, eso asusta, sobre todo cuando tienes dos hijas a las que no puedes fallar... Pero siempre tengo una lucecita al final del camino, porque en el fondo se, que siempre remonto, que tengo amigos increíbles que están al pie del cañón, y que me pasean, algunos para que no esté triste, otros para llevarme a hacer recados, y otros para ambas cosas.
La cuestión es que a veces cuando todo se acumula, la gravedad actúa, o quizás debería decir que actúan las gravedades, la gravedad del asunto y la que cae por su propio peso. Y ese es el momento en el que yo caigo con ellas dos porque hay días que no puedo con tantas toneladas de gravedad, que en realidad tiene un peso específico, el que tu quieras darle, todo pesa lo que tu quieres que pese, y cuando te das cuenta todo se torna ligeero y volátil y todo deja de importar tanto. Y hoy alguien sin querer me lo hizo ver ... de la forma más sencilla. Menos la muerte que es de una sola dirección, todo lo demás tiene muchas probabilidades, muchas versiones y infinitas posibilidades.
Y hoy que parecía un día algo gris al principio se ha convertido en un buen día. Una llamada inesperada, una visión nueva y el toque final en el momento "baño-cena-acostarse" de mis niñas en el que la peque se ha cagado en la bañera y la mayor ha creido que era la esponja...
Gracias a todos por hacerme sentir tan acompañada aún estando físicamente tan aislada. Gracias también por permitirme hoy algo de sobriedad y  poca carcajada.
Mi vida es un lujazo!