Vistas de página en total

jueves, 21 de agosto de 2014

Involución en Formentera, en mitad del principio ....

En vez de empezar por el principio voy a empezar contando una historia que me pasó en este fabuloso viaje a Formentera, porque fue una especie de corte, una especie de paréntesis, algo que no pegaba ni con cola en el estado general en el que me encontraba, extasiada como ando últimamente, ya casi se me había olvidado el personaje que soy. No acabo de entender si este día fue una despedida o un recordatorio de que Bridget sigue ahí. De todos modos es de agradecer, porque no puedo dejar de reir cuando lo recuerdo, no puedo dejar de reir cuando lo cuento y por supuesto no puedo parar los lagrimones cuando lo escribo.
Visito tres playas en un día bajo el sol abrasador de esta impresionante isla no por su tamaño, obviamente, pero por su intensidad. Y he visitado tres buscando, anhelando encontrar vestigios de un pasado que ya no existe, ni una simple huella, en fin que tendré que quedarme con el bikini puesto, que le vamos a hacer. Los italianos han tomado Formentera. Ya llevaban tiempo haciendo que la sospecha de que esto iba a ocurrir se transformara en una certeza absoluta, pero como siempre algunos no nos atrevemos a ver la realidad hasta que ya es demasiado tarde.
Así que los italianos han tomado la isla y sus playas, antes nudistas y ahora convertidas en pasarelas de moda y, enmedio, yo.  Van super bien vestidos y bronceados a la perfección, no se ve a un gordo o gorda por ningún sitio, y donde están esas rojeces que tanto se estilan en nuestras playas?, será que ellos usan un bronceador especial? No hay ni un quemado, pero cómo puede ser?!! Seguramente en los aeropuertos italianos deben tener una ley reguladora que no dejan salir del país a los imperfectos. Deben pasar a través de los arcos aeropuertarios y estos pitan cuando pasa alguién sin broncear o con un hombro pelado, o la nariz...O que tenga sobrepeso. Porque no pitaran cuando detectan a uno con calcetines blancos y sandalias? O incluso yo creo que los feos deben tener prohibido viajar al extranjero, directamente los feos deben tener prohibido el acceso a aeropuertos y punto pelota.
Mi cabecita que no para quieta ni un segundo piensa que todo esto es normal porque al ser italianos a lo mejor no se han enterado de nada, ni saben leer los letreros, o directamente no se molestan en leerlos porque ya dan por hecho que no lo entenderán, por lo tanto no han leido el letrero que pone playa y se creen que están de cocktail, seguramente que es eso, sinó, no se entiende. He visto con mis propios ojos (bueno si soy sincera, solo me funciona uno, pero como ve el jodío) a una mujer con tacones, eso si, cojeaba con muchísimo estilo, tengo que decir en su favor que en los minutos que la estuve mirando con la boca abierta no dió ni un traspies! A ver si están celebrando una boda en la playa! Y yo aquí en medio de tol sarao!
Dónde han quedado esos ratos en Es Caló, donde años atrás estuve tomando el sol con Martina Klein (que se veía claramente que no era italiana porque estaba preñaica y en bolas, o como dice mi hija de 4 años, estaba con pelotas).
Con esos pensamientos y a regañadientes me meto en el mar con bikini y con unas olas sorprendentemente cabritas (encabritadas era la palabra a utilizar, no?)
Total, resumiendo que en mi reivindicación personal y para demostrar mi desacuerdo (y mi falta de medio de transporte para irme a otro lao), me quito el bikini (la parte de arriba se entiende, porque la parte de abajo la vergüenza pasa de la reivindicación), y a parte sería entrar en un absurdo porque tendría que ir gritando a mi alrededor un eslogan tipo "¡Lo blanco no es un bikini, es un potorro!" y no me entendería ni cristo.
Y me meto en el agua muy digna yo, muy reivindicativa, con estilo, ese que me caracteriza... orgullosa por mi proeza en solitario, las únicas tetas que se lucen en toda la playa d'Es Caló, orgullosa de enseñarles a todas esas miradas perfeccionistas de lo que yo y mis tetas somos capaces de enseñar al mundo. De repente un inesperado socabón (personalmente no se porque no le han puesto socabrón, sería una definición que se acercaría mucho más a lo que pretendo describir) seguido de unas tremendas olas que ni las de Hawai (claro que al no haber estado nunca... yo pòr lo que me han contado eh?) pero lo que si es cierto es que eran poco comunes para Formentera, la verdad,  asestó un enorme revés a mi ya inexistente glamour, croquetamente la ola me tiró todo lo larga que yo era (que no lo era, era igual que ahora, o sea enana) . Es igual, lo importante aquí es imaginarme corta o larga lo poco que dignifica estar sola en una playa infestada de italianos enfermos o fashion victims (yo creo que ya nacen así, que no?) con las miradas clavadas en ti, mientras tu, eligiendo bien, como siempre, jntentas meterte en los únicos metros de la playa llenos de algas que no te dejan ver ni las piedras, ni el socabrón. Acabo a cuatro patas gateando bajo el agua con las olas cabritas golpeándome la cara que, dicho sea de paso hacían una triple función, dolor, ahogo y sofocón (creo que ese debería ser el título de hoy). Sollándome viva, porque al no poderme levantar iba arrastrándome y rozando con mi piel las roquitas que habían debajo, o sea, pedazo arañazos!
Bueno, ya está bien por hoy. El primer baño en la isla! Relajante de cojones! Salgo ya!
Tengo otra oportunidad. La salida del agua. Tipo Brooke Shields, sin su cara ni su cuerpo pero la intención es lo que vale, dicen. Me olvido del socabón. Mierda. Vuelta a empezar. Doy vueltecicas croquetoides como si no hubiera un mañana, pero quién ha puesto esas olas ahí?
De vez en cuando consigo sacar la cabeza y pegar una bocanada de aire cual besugo en apuros, y pensar que yo vine a esta isla a relajarme.....
Cualquiera se relaja con un plantel de gente que parecen salidos de un anuncio mientras mis tetas descomunales suben y bajan al ritmo de las olas y de los tumbos que estoy dando me lleno el alma de pensamientos positivos. Los Kgs que debo estar perdiendo, reiros, reiros...

sábado, 9 de agosto de 2014

Atrapando colores....

Empecé a pintar colores sobre el gris de mis experiencias desde muy pequeña, creo que fue a partir de los ocho años que decidí inventarme mi vida, pero pudo ser antes porque tengo una gran capa de negro óleo tapando mi más tierna infancia. Lo de tierna también me lo invento. Como me inventé las ganas de vivir, como inventé la alegría con fondo triste, como la salsa agridulce, solo que yo intento solo mostrar el dulce, para reinventarme sin miserias, porque con miserias, alguien me enseñó que nadie me querría y se me hacía harto difícil inventarme la compañía. Para esa etapa tan menuda recurro a las fotos. Esas piezas de museo donde puedo hacer q recuerdo mis gafas de pasta que ahora serían el último grito. En aquella época los gritos los daban los vecinos cuando me veían, esas gafas eran más grandes q yo, parecía q llevaba un par de televisores de 14” (q es lo q yo medía más o menos).