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jueves, 14 de marzo de 2019

Sincronicity

Ni recuerdo como empezó pero si recuerdo la ansiedad que me entró, antes de que finalizaran los pases, tenía que ir a Madrid, oí que posiblemente se prorrogaría, pero no podía arriesgarme, lo pensé y lo dejé ir, así funciona, es una ley universal, pide y se te dará.
Tengo necesidad hace algún tiempo de cambiar de aires, de ver amigos de verdad, de esos que con solo una mirada saben, con solo un suspiro te intuyen, que solo con una sonrisa, empieza una nueva aventura. Y así fue como pasó todo, un amigo, un chat, una amiga, una intención común, y una gran sorpresa, para ellos y para mi, pim pam pum fuego, que fácil fue, qué fácil.
Luego teatro, brutal.

NI CON TRES VIDAS QUE TUVIERA

TOTALMENTE RECOMENDABLE, si te atreves, si te va el deporte de riesgo, no dejes de verla

Luego celebrando un cumpleaños, luego una decepción, luego un descanso y un retortijón. Y una sincronía, Claudia 600 km más allá sincronizó su retortijón con el mío. Y probó el miedo y el terror, y la aguja y yo no estaba allí, no estaba allí y sentí que le fallé, como sentí que le fallé a su hermana cuando era un bebé y por aparentar y por no querer que se rieran de mi, la dejé sufrir en San Juan la noche del estruendo, la noche donde perdí mi empoderamiento como madre, mi autoestima....
Y luego ufff, pensamientos, encontrados y desencontrados, pero a la vuelta me llevé el corazón lleno y la caja de los truenos vacía. Libre, sin miedos, comprendida, abrazada, acompañada, sin juicios, con alegría, amor, compañerismo, amistad.

Qué bonito Madrid, qué bonitas sus gentes.
Qué bonita yo, cuando piso la meseta.



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