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martes, 6 de junio de 2017

LA LEY DE "PORSI", Un pozo sin fondo, lleno de delirios

Después de 5 meses (serán, porque ya  perdí la cuenta) me he dado cuenta de que he estado haciendo el panoli, o la borrega. Eso no ha sido una sorpresa para mi, obviamente, lo llevo haciendo toda la vida. Así que cuando me di cuenta de las cosas, parece mentira, pero si,  me di cuenta (más vale tarde -o tardísimo, más bien- que nunca, dicen). Lo hacía mal, obvio, hasta ese momento, ya se que las he hecho muy gordas en otros momentos de mi vida (49 años me avalan) pero ¿podemos centrarnos en en este rato simplemente? Es que sinó me saturo. Entonces como si despertara de un letargo, mi cuerpo reaccionó  y ,sin quitarle mérito a mi cerebrito polilesionar (esta palabrota me la he inventado, así que no perdáis el tiempo buscando en el diccionario, no existe tal vocablo) Incluso con mi cerebro poliquístico, o polímero o ... voy a dejar de inventarme palabros ya, incluso así, me recuperé milagrosamente en 3 semanas. Con el tiempo veré lo que realmente me pasó, porque. hoy por hoy hay muchísimos cabos sueltos. Pero si algo he aprendido de  esta última caída, es que no hay nada absoluto en esta vida,sino, una enana cómo yo, no podría ni andar, ni hablar, ni escribir como lo hago con 50 lesiones cerebrales o más (se cansaron de contar) soy un milagro andante. Hay personas que con un pequeño derrame o una pequeña lesión en un mal sitio se quedan en estado vegetativo.  Y, desde luego ya puse en práctica el no intentar convencer a nadie,  ni colonizar sus mentes, ya tengo claro que soy  una entre un millón, así que estaba sola, sola con mis ideas y mis convicciones y tenía dos hijas, así que no me quedaba otra, pasar "por el tubo" de la verdad ajena, sin resistencia, tranquila y consecuente, porque intentaba no pensar en las toneladas de tóxicos que me metían en el cuerpo. No dudo que las principales pastis hicieran falta en una situación límite como la que afronté, pero también está claro  que es un pozo sin fondo, o el pez que se muerde la cola o el cuento de nunca acabar, cualquiera de los tres es válido, porque a medida que te dan medicación para sanarte una cosa, te destrozan otras tantas,y por lo tanto te medican más todavía, mi circulación sanguínea ahora es como el porlan, puedo usarla para la construcción, haré negocio con mi sangre, mira tu . Recuerdo una mañana que vino la auxiliar a pincharme para un análisis de sangre y tuvo que ir a buscar dos veces una jeringuilla más ancha porque la sangre era tan espesa que no pudo sacar ni una gota. Te dejan sin masa muscular y te provocan una osteoporosis del copón y no dudaran en buscar cualquier excusa para que sea culpa tuya, la mala alimentación, los hábitos diarios tan sedentarios, el llenarme de azúcar (eso si que lo hacía pero solo cuando iba al cine). Y todavía no tengo claro el detonante de mi locura transitoria, hay muchas variables con las que podríamos jugar, así a voz de pronto, los niveles de toxicidad a los que llegó mi cuerpo que no pesaba ni 40 kg y le metían un alud de medicación agresiva, la misma cantidad o incluso más que a un hombre de 100kgs, claro que si!, también podríamos contar con la confusión de la cortisona que en un momento dado o varios, nos equivocamos con la dosis, y el último factor sospechoso fueron los antidepresivos, que lejos de mantenerme alegre me hicieron el efecto contrario, nunca entendí porque  me los recetaron, de verdad, porque nunca perdí el ánimo, es más, estoy convencida que el ánimo fue uno de los factores  que me ayudaron a sobrevivir.  Ahora simplemente me toca limpiar todo lo que se ensució, empezando por mi esencia, mi espíritu, mi entereza, para luego seguir limpiando mi cuerpo y mis pensamientos. Empecé esta lucha hace 30 años, que se dice pronto, hasta que me di cuenta que era una gilipollez,  que llevaba gastando mis energías, nadando contracorriente y sin brazos y eso agota hasta a un super atleta de pentatlón de alta competición, Estaba agotada de pelear contra molinos de viento inexistentes,gritar a oídos sordos, y escuchar palabras necias. llevar muchas luchas que no me pertenecían, y mucho menos iban a llegar a buen puerto, ¿Quien ha conseguido jamás destapar el negocio farmacéutico, luchar contra  ese Goliat?, ¿yo con mi metro y medio?  Y poco a poco mi lucha absurda me dejó exhausta, acabé en una espiral de tremendas profundidades. Cuando ingresé en el hospital por primera vez, me daban 32 pastillas al dia, ya de buena mañana unas 20 (y seguro que se me olvida alguna) 4 pastis de corticoides 1g,(aquí nos hicimos un lio todos, así que ya no se si eran 4 de 1mg o una de 4mg, bueno da igual)  3 sulfamidas, 3 antibióticos por si falla uno, pos contamos con los otros 2, 3 arv s y eso si, un lederfolin que es muy bueno para tu cuerpo por si te quedas sin acido folínico..., un antiepiléptico por si te da un ataque, un antiinflamatorio por si se te inflama algo (menos mal que no tengo cojones), un antidepresivo por si te pones triste,  no se porqué me iba a poner triste, un meganarcótico por si tienes dolor, un dolocatil por si ídem, ¿atacan a diferentes dolores? en fin, ah! y no olvidemos los "zoles"el flucanozol y el omeprazol. Y si, me salvaron la vida, aunque he tenido que pagar un precio muy alto, pero al final regateé y por suerte, me salió bien. Pero niña, si sigues aquí! Y ya puedes estar contenta por haber llegado a la meta sin una  cirrosis galopante!
 Por supuesto que sigo aquí, en ningún momento tuve la intención de irme porque incluso cuando estuve en coma, mis hijas aparecían continuamente en mis delirios, tenía claro que aún no me tocaba irme aunque estuviera agotada tenía que levantarme para darles a mis preciosas hijas un último empujoncito para seguir caminando solas, aún no era el momento de abandonar el barco.
Ahora soy una mujer que viste un chaleco antibalas (me faltan las pistolas) y la piel lila,eso si que viste!