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viernes, 13 de diciembre de 2013

Me lloro encima

Hoy no ha sido como el resto...Hoy me he dejado caer, pero al mismo tiempo me he perdonado la caida, ha sido un resbalón consciente, me he dicho... Claro que sí, permítetelo tía, siempre jajaajjaa, jojojo, hoy me toca resbalar en los recuerdos de lo que fue, porque parece que todo se rompe y no sabes quien recogerá los cristales rotos.
El cambio, quién dijo miedo! Mi casa repelada, pero no desnuda, parece que quiere hacer un streptease lento y sinuoso (Que son los que más ponen, que no?- Veis como estoy subidita de tono últimamente...-) sumida en un caos de cajas y desorden descomunal que no hacen más que reflejar mi estado de ánimo, que lo escondo tras las cajas de cartón que apenas dejan asomar tímidamente las baldosas de un suelo que ya no tiene costumbre de ser pisado. Solo a mi hermanita se le ocurre venir a ayudarme y acompañarme en esta triste melancolía, disfrazada de locura ... y el sol me ha dado su despedida sin más, sin necesidad de pedir, sin lágrimas, ha sido precioso. Mi caida, mi rendición. Yo rendida al inmenso mar, que me ha regalado su quietud rota por las ropientes olas, que me llaman desde que soy pequeña (eso no va a cambiar a estas alturas...) y me siguen llamando y me llamarán hasta que cese la música q suena en mi. Y respirando profundo para que me quede el recuerdo del salitre, el recuerdo de un sueño que se me escapó entre los dedos fue como un suspiro, pero fue real.