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sábado, 29 de octubre de 2016

Quincuagésimotercero Cross escolar de Cornellá


Hoy he tenido un pico de alegría tremenda cuando algo que tenia que llegar dentro de tres días, llegó hoy.... alucinante.  Pero poco a poco se me ha ido desvaneciendo la alegría y se ha transformado en ansiedad. Ha tardado menos el paquete en llegar que yo en abrirlo, 3 horas he tardado en no abrir el puto paquete, pero como lo envuelven? Ni que hubiera entre las sartenes secretos de estado, seguro que lo hacen adrede, he tenido que dejarlo porque hoy teníamos otro maratón en Can Mercader, y ya la cosa empezaba a ir justa de tiempo.
Cada día estoy más orgullosa de mi peque. No es buena corriendo, o si lo es pero ella todavía no lo sabe ( ni sus piernas). Hoy ha sido la penúltima, y os preguntareis,  y que hay de diferente de las otras veces? (bien, si es la primera vez que entras en mi blog no te preguntarás nada porque no sabrás mucho de su fantástica trayectoria deportiva) Pues hoy ha demostrado que es un ser superior, lo demuestra todas y cada una de las veces cuando se emociona cada vez que vamos a un Cross aun sabiendo que llegará de las últimas, pero hoy se ha caído al comenzar la carrera y se ha hecho daño, en el hombro (menuda rascada) y en la pierna. Y se ha hecho mucho daño porque para que mi hija llore ... Pero aún así, llorando ha corrido y llorando ha llegado la penúltima, pero ha llegado. Es una bestia parda! Y NO ES AMOR DE MADRE Bueno, si lo es un poco, creo. Luego cuando hemos vuelto a casa cabreadas (no por el resultado ni por la caída sino porque no le han dado comida -quien conoce un poco a mi hija sabe que eso es un suicidio- y tampoco le dieron camiseta) hemos conseguido abrir el puto paquete. Y ahí justo ahí en ese preciso instante me he dado cuenta de mi capacidad intelectual (o sea, la he echado de menos, más bien) He comprado dos sartenes idénticas a las que tengo porque se rompió el mango..... Y porque te has gastao un pastizal en vez de comprar el puto mango? Yo aún estoy bloqueada en ese punto. Peeero hoy tenemos de bueno buenísimo que hice mis "pendientes" por fin he cosido las mallas negras (ya no lo son, los pelos de mi gata le han dado un toque bastante glam, todo hay que decirlo) y aunque he conseguido coserlas no se si Claudia podrá andar. No, es broma, pero la pelota que he cosido, como poco, le molestará bastante. A veces me pregunto porque me parezco tanto a mi madre en todo menos en lo positivo, no podria haber sido al reves? Bueno, os dejo que no se que tenía que hacer y se me ha olvidado.

jueves, 27 de octubre de 2016

El tiempo ni corre ni vuela

Menos mal que ya me conozco de hace muchos años porque sinó las decepciones acabarían conmigo, como hoy que me he levantado con energía  (arrastrando los pies pero con fuerza) y he pensado va hoy vas a hacer tus "pendientes", que no son los que colgamos de las orejas sinó un montón de cosas que llevan una eternidad sin hacer. Así que lo primero que he hecho es comprar pilas para ponérselas al reloj que lleva una semana parado en las dos y cuarto... Y parece ser que va a estar así una eternidad, que caprichoso que es el tiempo. Así que no era la pila, sinó el reloj que se rompió. Siguiente pendiente, unas mallas negras de mi hija que nada más comprarlas, ella toda mona las cortó "sin querer". En vez de llorar (que ya lo hice en su momento y mucho) he pensado, venga una cosida y palante.
Y dos horas más tarde aquí estoy escribiendo mi frustración por no ser capaz de pasar el hilo por la aguja, dos horas perdidas y de los nervios pa na, el reloj sigue diciendo que son las dos y cuarto y las mallas siguen inservibles y encima son ya las dos y cuarto y la comida sin hacer, ay no! que todavía son las once! Menos mal así me da tiempo de quedarme mirando los dos sofás que hay en mi comedor enano (no se como lo hago, de verdad) y pensar en lo bonito que hubiera sido si todo hubiera salido como tenia que salir. Pero en vez de eso tengo un sofá que venían a buscar pero al final la furgoneta no apareció y otro sofá que como supuestamente se llevaban el que tenía pues me lo subió mi madre de su casa. Y ahora que me fijo este sofá en mi casa va a durar lo que ha durado mi reloj del Ikea, na y menos. Viendo a mi gata dándole la bienvenida con sus uñitas y sus zarpas mojaditas del patio. Lo podría haber pensado antes, no? Un sofá blanco en mi casa es de risa. En fin voy a ver si se me da bien preparar unos espaguetis, hoy me da respeto hasta eso a ver si soy capaz...