Vistas de página en total

domingo, 18 de enero de 2015

Sentimientos virtualmente holográficos de 20 segundos

Ayer* fue un día romanticón, fui a correr por la mañana y me acordé de ti, porque la noche anterior, meditando (que ya no se el tiempo que hacia que lo había dejado un poquete de lado) apareció tu cara, la de ese alguien al que nunca he visto pero si imaginado, sentido, y con quién he compartido conversaciones como la que mantuve contigo hace ya muchas lunas y un montón de desencuentros inesperados y fustrantes y curiosamente una oleada de bienestar y profundo agradecimiento me invadieron automáticamente, y digo curiosamente porque no entiendo el porqué, porque las cosas contigo no han sido del todo fáciles para mi.
Corro y tu lo haces a mi lado, si supieras que empecé a esforzarme, empecé a correr la primera vez por ti y para ti y que cada vez que corría, tu corrías a mi lado (mucha imaginación involucrada porque tu ritmo y el mio deben ser algo diferentes jejeje, así que en la cruda realidad te vería alejarte y como mucho quedaríamos en el bar de cualquier esquina dónde me esperarías pacientemente tomando una birra, que digo una... una docena hasta que llegara). Me sorprendió porque, en mi recuerdo fue tan dulce que a veces creo que me lo inventé, que mi cabeza se lo inventó para sobrevivir en esos momentos de brutal vacío, de enorme soledad. Estaba en cama, con esas piernas en desuso, que solo usaba en mi imaginación, y tu me animabas y me convencías de lo que yo era capaz de hacer y que de hecho hice, y me prometiste que mi primera carrera la harías conmigo. Yo me reía. Si ni siquiera puedo andar, una carrera dice... y ahora tengo sentimientos encontrados a mitad de camino entre la inmensa gratitud que siento cuando mis piernas se mueven e incluso corren y la frustración que siento (de la misma magnitud que la gratitud que me envuelve) de no poder verte y no entender porqué.
Y precisamente ayer después de decidir cortar por lo sano y no saber de ti durante un par de semanas, a tu estilo, simplemente difuminándote en el tiempo, ayudándote del silencio, precisamente ayer, que volví a pensar en ti, precisamente ayer que me senté para escribir sobre ti, esto que te estoy escribiendo, yo, que me propuse olvidarte y lo estaba haciendo bastante bien, la verdad, y precisamente ayer mientras te escribía, me escribiste. Ayer por la noche me quedé en silencio en ese intramundo tan mio que hacia muuuchos días que no visitaba y aparecieron esos momentos tan enormes de mi vida, en los que la enormidad residía en sentir lo ilimitado del mundo que no se ve cuando estás limitado en  este que vemos, recordándome lo bien que me hacías sentir y recordé también que lo dejé porque me estaba enganchando mucho a una historia q yo no entendía, porque.... como puede haber un enganche emocional con una persona que no has visto nunca? Pues si, me enganché y mucho pero cuando te dije que cerraba la red social y te expliqué el porqué, me dijiste que a ti te ocurría lo mismo, y solo recuerdo ese momento, solo vencido por el miedo, que siempre va a la cabeza, por encima de la razón y a veces (demasiadas veces) por encima del amor,  ese que da tanto miedo, ese que te da tanto miedo, ese que me da tanto, pero que llegados a este punto también me da pánico. Y recuerdo ese momento tan pequeño, tan minúsculo de mi existencia y sin embargo tan extraordinariamente desmesurado, tan llenísimo de amor... A él también le pasa?.... Esa sensación tan enorme de compartir aunque sea un minúsculo piojo... a él también le pasa....
Ahora ya no se si creérmelo, porque me da la sensación que me das la razón como a los tontos. Siempre me das la razón....y yo siempre crédula, yo siempre ahí.

Me parece que llevo mucho engañándome a mi misma, siempre repitiendo eso de que ya perdí el miedo, porque no lo perdí del todo, en algunos ámbitos de mi vida puede, pero esta visto que sigue estando ahí, porque en las relaciones cojeo, sigo cojeando, sigo perdida, todo está  ahí pasándome para que yo aprenda algo, pero soy una zoquete con piernas que no sabe ver y creo que tu viniste para darme una lección, viniste para que mis ojos vieran, para que mis vísceras sintieran, lo que llevo negando tanto tiempo.  Porque cuando quedábamos, a mi me hacía muchísima ilusión, y me preparaba para el encuentro, se lo contaba a todo el mundo, me depilaba, me ... me depilaba y ya está, jolín que básica, no? Pero cada vez q se acercaba el gran momento, tu desaparecías de la faz de las redes sociales, y así 4 o 5 veces, ya perdí la cuenta. Así que le daba vueltas y vueltas al asunto, y me preguntaba porqué tendrías tanto miedo si en este tiempo (dos años como mínimo) nos ha dado tiempo de sobras para saber si nos caeremos bien o mal o de nuestras debilidades, o nuestros gustos....y lo que me tenía más aturdida...porqué tenia miedo yo?, porqué me he quedado ahí, paralizada en una historia que se ve claramente ya, a estas alturas que no tiene final, pero sobretodo, no tiene principio.
Ya sabemos que nos une el sexo, pero el sexo virtual, pero nos puede más la complicidad, pero virtual también o quizás no debería hablar por los dos, porque quizás esta es solo mi realidad y me estoy equivocando mucho
Y me pregunto porqué volví hasta aquí con tanto empuje, con tanto empeño, con tanta grandeza y poderío, para volver a hacerme pequeña? Por ti?  No creo que fuera eso, distraerme de ese punto que me mantenía erguida en esa cuerda floja que es la vida, no creo que fuera esa tu misión en la vida. Perdí la vista que mantenía en ese punto que me mantenía en equilibrio, la perdí, pero ahora veo que la perdí para volver a encontrarme y reafianzar esa fuerza, ese poder, ese coraje, esa confianza que conseguí en solo 20 segundos (que es lo que se tarda más o menos en decidir tirarse o no tirarse a la piscina) y que me arriesgué a perderlo todo en otros 20 , hasta que llegué a aceptar que todo es por alguna razón, que todo es bien. Por eso se que te tengo que dar las gracias sin duda.






*El ayer se refiere al ayer de cuando escribí esto, que hace ya......