Soy ese punto distante, diminuto rodeado de kilómetros y kilómetros de profunda soledad, oscuridad y quietud, se me ve tan lejos y parece que por mucho que grite no consigue oírme nadie, pero aún hay una luz que pulsando en ese punto, denota una débil esperanza, pero esperanza al fin y al cabo y pulsando al fin y al cabo, ganas de vivir, al fin.... pulsando, pulsando.
Hay momentos que el vacío me presiona tanto, tanto .... que a veces parece que se borran las coordenadas que tan claramente me aparecieron en la mente y ahora se me antojan taaan difuminadas.... Estoy un poco harta de luchar, llegó un dia en que lo vi claro, luchando no se llega a ningún lugar... hay que dejarse llevar por la corriente que siempre inequívocamente te lleva al mar, pero se me olvidó eso tan importante como tantas otras cosas y volví al maldito apego y la maldita necesidad, la inseguridad... Dónde quedaron la certeza, la alegria, la paz, la tranquilidad, el amor.. Volví a abrirme al mundo confiando que ya estaba preparada, lo que yo no contaba es que el mundo no anda demasiado preparado para todo lo que tengo en la piel para compartir, nadie quiere oir, nadie quiere dejar al miedo, ese eterno compañero, claro que no queremos dejarlo si ya nos educaron a convivir con él incluso antes de enseñarnos a andar y a hablar.. Ya perdí casi todo... pero aún me queda que perder, y lo noto y si no siempre hay alguien que me lo recuerda.. Estoy viviendo un momento que se hizo muy largo hoy, pero otros dias me parece demasiado corto para que me de tiempo a decir todo lo que no se dice por costumbre, demasiado corto para que me de tiempo a sentir todo aquello que se nos prohibió sentir, y sobretodo demasiado corto para descifrar este puto jeroglífico en el que nos abandonaron a nuestra suerte para que nos perdiéramos y con suerte algunos se encontrarán, pero creo que, por lo que parece, serán pocos los elegidos.
Hoy me siento tan pequeña....
