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viernes, 15 de noviembre de 2013

Are you ready? Ayurveda!

Hoy he ido a hacerme un masaje Ayurveda y ha sido una experiencia mística....mística porque no ha sido hasta que he llegado a la consulta que he reparado en ello, hace exactamente un año que no me depilo!! Se va a enredar el hombre! Bueno respiro hondo y controlo mis pensamientos hasta derroteros más tranquilizadores y relajantes, que tiarrón y lo que es más importante ¡qué manazas! Importante porque me va a hacer un masaje se entiende. Me lleva a una habitación con un colchón en el suelo, una luz ténue invade la habitación y a mi me invade una vergüenza que no se si poner la voz grave y decir que me llamo Silvio o explicarle la verdad, que hace un montón que no tengo cerebro, ni cera y no he caido en ese detalle! En fin, decido no decir nada ni pensar en ello (lo hecho, hecho está y en este caso lo no hecho) y disfrutar de la experiencia. Me indica que me quite la ropa y dicho esto abandona la estancia, y me deja ahí perdida en mis dudas ... Me quito los calcetines? Y los sujetadores? Y las bragas? El DIU? Hará interferencias? Es bromaaaa que no tengo DIU!! Decido dejarme los calcetines, ¡ Tengo los pies congelados! Y además si me quito toda la ropa, voy a parecer desesperada!. A los cinco minutos de la fantástica experiencia me arrepiento de haber venido, no porque el masaje no valga la pena, nada más lejos!!! Si no porque un pensamiento no deja de taladrarme la cabeza. Aquí hay que venir follado! Madre de Dios! Qué manos! Mi respiración se convierte en gemiditos y se hace preocupante cuando se transforman en jadeos, pienso en por qué cojones me he dejado los calcetines puestos y se me pasa. Me pregunto qué Karma tendré yo con los calcetines, siempre me alteran los momentos placenteros de mi vida, son como mis "ex"-parejas!!! Dice el masajista - Date la vuelta! y me saca de mis pensamientos, pienso en lo poco que ha durado y no, no! que por delante también hay! silencio, masajea mis piernas, masajea mi barriga, masajea mi pecho y no puedo evitar una risa sonora, ya no hay silencio que valga. Después de la risa incontenida pido perdón, y el a a su vez se rie y me contesta -Me alegro de que te haga reir.
Fuera coñas, la verdad sea dicha que el masaje ha valido la pena, se me ha perdido la noción del tiempo y ni se dónde la he dejado. Es sumamente recomendable.