Me acabo de dar cuenta de que mañana se termina el año, así que sea como sea tengo que poner fin a esta historia de domingo, liberarme por fin del maleficio de mis interminables inacabares (no la busqueis en el diccionario, me la acabo de inventar).
Por si alguien ha perdido el hilo de esta historia, jejejeje, (perdonad que me haya entrado la risa), nos queda el baño de las niñas y la hora de la cena, y recoger todos los restos de buenos ratos que han quedado por el suelo del comedor. Antes de que me de tiempo de decir "Niñas a recog..." en el comedor solo quedo yo. Me pasa muy a menudo, si yo no soy organizada, como me van a tomar en serio estas dos listillas!
Pongo la cena al fuego y empiezo a recoger el comedor, Me llama mi hermana super emocionada, ha encontrado por fin el calcetín de rayas que tanto nos ha hecho sufrir, ahora tiene uno en el cajón de su casa y el otro en un cajón en casa de mis padres, no cabe de gozo pensando en el reencuentro, también repasamos algunos temas del día de poca relevancia, colgamos.
Oigo a las niñas como juegan en la habitación. Le pido a la mayor que se ponga el pijama, que me traiga a la peque, y que vaya poniendo la mesa. La veo sonreir. Siento a la peque en la trona y empiezo a darle la sopa, Mia se sienta en la mesa y empieza a comerse la suya, sigue sonriendo...
Pruebo la sopa, está bien, podría no estarlo, porque vengo de una familia de grandes cocineras, mi abuela, sin ir más lejos, hacía una sopa de agua hirviendo con pistones que quitaba el "sentío". Un beso gordo allí donde estes!
Les traigo el segundo que ya no recuerdo qué era, con la tontería ya han pasado más de tres semanas, cómo quereis que me acuerde! Y que sepais que el primero me lo he inventado, pero como en invierno sopas caen muchas, he creido que por probabilidad... Postre, cepillo, pipi y a la cama (a la mía por supuesto, que hay mucho miedo en el ambiente), y como no, mi preciosa princesa grandota... sigue con esa sonrisa ...
Ya están acostadas... Me siento en el sofá a disfrutar de mi primer momento de soledad del día, y de repente me doy cuenta de dos cosas... Una: Yo no he cenado, dos: ya se a qué se debe la sonrisa de mi niña, no las he bañado! Cómo se me ha podido pasar?
Empieza mi momento zen, hoy hacen la película de la semana en la 1. Así que me abro un tomatito, le pongo su aceitito y una pizquita de sal, saco de la nevera una cervecita y un entrecot que tiene una pinta.... Preparo el Entrecot al Punto.. Me lo llevo todo al comedor, dejo el plato y la cerveza en la mesita del sofá y me siento a disfrutar de la cena y de la película. Dónde está el mando? Claudia empieza a llorar.
