Vistas de página en total

jueves, 17 de marzo de 2011

Va! A ver si el tercero llega antes...

Esta frase que da título al escrito de hoy la escribí el 3 de Marzo y se refiere al tercer capítulo de mis aventuras en la nieve, porque me parecía vergonzoso haber tardado 6 días en escribir el segundo... Han pasado 18 días desde que escribí el segundo capítulo.... He pensado incluso en cerrar el blog... Algunos días estoy tan ocupada jugando al solitario que me es imposible ponerme a escribir, tengo taaanto cerebro plano que alimentar. Es una necesidad imperiosa, que creo que ya ni siquiera puedo controlar. No pensar, no pensar, no pensar. Solo hago como una autómata aquello de lo que no puedo despojarme, mi responsabilidad como madre, hago comidas, lavo ropa y barro sin parar, y otra cosa que hago sin parar es amar a mis hijas hasta en el peor de mis días, es lo que me mantiene al borde de la cordura. Y con esto doy por finalizadas mis disculpas por no darme el gusto de desahogarme como mejor se hacerlo que es esparramando palabras, lanzando dardos rebozados en ironía a las paredes de este blog, que en su día se me antojó como la salvación, el corte, el gran viaje del vacío hacia la abundancia... y me cuesta. Me cuesta horrores mantenerme en la brecha, y me duele otros tantos horrores dejar pasar todos los párrafos que describen mis anécdotas día tras día, que creedme son muuuchas las cosas dignas de mención que vivimos cada día. Solo hay que poner un poquito de  atención para darse cuenta.


Y con la tontería el tercero aún no ha nacido...