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miércoles, 5 de febrero de 2014

Yoga no, tu pierdes



Este fin de semana ha pasado algo mágico en Madrid nos hemos pasado desde que hemos salido de Barcelona-Sants hasta que hemos llegado a Atocha, riendo sin parar, pero sin parar, y no estoy exagerando ni pizca, solo comparable a la noche yogui-risa por excelencia de hace una cachiporrá de años. Así que, ahí va, solo recordarlo nos hace reir un montón, igual que este fin de semana que cada vez que recuerdo algo no puedo evitar soltar una carcajada.

Una noche cualquiera, perdón, no era una noche cualquiera, era una noche especial y por eso íbamos a un lugar en Castelldefels que celebraban algo así como la reconexión de las almas, o q la luna estaba muy nueva y había que estrenarla, o muy llena, y había que vaciarla o ...era la celebración de la consciencia de los ornitorrincos? Pero vamos a ver, esto, quién longaniza? Iban a hacer cantos por la paz? Buenoo, basta yaaaaa. No se, la cuestión es que recuerdo levemente el porqué fuimos, pero no puedo olvidar porqué nos quedamos, aquella gran noche, es que no tuvo desperdicio...
Ya empezó rara, teniendo en cuenta que eramos un grupo algo disperso, que la mitad no nos conocíamos, vaya. Eran amigos de P. y O., su hermano, yo conocía a S., y a la novia de O., o sea C, (esto empieza a parecer Barrio Sésamo, ahora dejaremos las vocales y consonantes y empezaremos con los números!!) pero de todos los que íbamos creo que ya está. De hecho fue la novia de O., o sea C, quién comentó que había algo interesante en Castefa, y a nosotros que nos costaba mucho que nos convencieran para ir, pues fuimos. No recuerdo cuantos coches íbamos, tres me parece, y claro postadolescentes perdíos,(esto podía haberlo escrito con más elegancia.... "íbamos nosotros con la sensación de la libertad juvenil en grupo", por ejemplo, o "íbamos nosotros con las hormonas alteradas a cachiporra"-Para los que hayais pensado que porque repito tanto ese palabro sin sentido, digamos que ya os lo desvelaré la próxima vez, pero para ir adelantando, es la razón por la cual mojé los pantalones este fin de semana, pues imaginaos como ibamos, haciamos más ruido los personajes que los ocupabamos, que el motor mismo de los coches (ahora no os imagineis que íbamos en coches tuneados, motores rugiendo, y el viento aleteando nuestros tiernos mofletes, nada más lejos, nosotros eramos los que rugiamos, y mucho, era exagerao, hasta para los libertarios juveniles en grupo. Pero los coches en si mismos los recuerdo mansos, es más, los recuerdo lentos y sin sangre (para un coche esto no es....sin gasolina, más bien). Bueno, total, que en uno de esos momentos de euforia colectiva la novia de O., o sea C, se iluminó y nos dijo: - Otia! Creo que había que llevar algo como ofrenda!. Y para que nos dijo nada! Al segundo, estaban los tres coches haciendo trompos como si fueramos familiares del Vaquilla, y yo, inocente de mi, pregunté que dónde cojones íbamos? A lo que la reacción popular fue dejar unas marcas neumáticas en la carretera con un triplete de frenada que ya le gustaría a los de Fast and Furious.
Unos momenticos después, ya más relajaos, alguien dijo que en las rotondas que habíamos pasado habían flores la mar de majas, así que, ni cortos, ni perezosos, hicimos unas rotondas al estilo más gitano, gipsy style y riéndonos, cómo no, a carcajada viva, vamos, cómo solo lo puede hacer un grupo con la sensación juvenil esa q mencionabamos antes, arrancamos sin piedad las florecicas que su nombre en latín creo que era "rotondus majus". Esas carcajadas, difuminandose en risillas, mezcla de nerviosismo y travesura, ya no se despegaron de nuestro ser, ni de nuestra piel, en toda la noche.
Causamos sensación ... seguro, era todo un cuadro vernos llegar a la puerta del templo del misticismo con nuestras chupas de cuero, con las manos de algunos agarrando un ramo de flores mustias, con raices terrunas colgando de todas ellas, y esas tremendas risillas.....

Ya cuando entramos tuve la sensación que algo no iba bien... Cómo unas personas que se proclaman a los cuatro vientos, libres y llenos de amor (si lo mezclas todo queda amor libre, no?) pueden separarnos por sexos - Los chicos a la puerta de la izquierda y las chicas a la derecha. Dijo una chica con voz de pito y con un camisón blanco (Ese uniforme causaba furor en esos ambientes, parece ser,porque vimos a un@s cuant@s vestidos igual durante toda la noche. Nosotros íbamos muy adecuaditos con nuestros tejanos y las camisetas de AC DC, bueno yo casi iba adecuadita porque mi camiseta de IRON MAIDEN (siempre diferente) ,me iba tipo camisón, lástima que fuera negra.
Yo estaba de los nervios... Que nos harán ahora? Nos harán desnudar? (si, qué pasa mi mente funciona así desde que me hice adolescente, cuando deje la adolescencia dejaré que mi imaginación enfermiza se vaya con ella) Nos harán una charla de tres horas sobre los 7 chakras y el sexo? Pues no! Nos pidieron por favor que nos quitaramos los zapatos. Y para eso nos separan? En la habitación de las "chicas" había un bicharraco gigante (creo que era un loro o un papagayo del pleistoceno, eso seguro). Recuerdo tres cosas, que era enorme (creo que medía más que yo y no exagero, lo q si q hago es repetirme pero exagerar, ni miaja) , que sus graznidos eran rompedores! Y que no pegaba nada en el ambiente. Qué hacía un bicho como ese, enjaulado en un lugar como ese? Con la charlatanería que llevaba y los graznidos que pegaba (de un volumen ensordecedor, por cierto) invocaba poco (o nada) al amor o a la quietud. Y ya lo de libre ni hablamos...

Una vez los grupos de la brecha a un lao y el de la palanca al otro, nos quitamos los zapatos y oh la madre del mantra! tenía un tomate enorme en el calcetín por donde asomaba el dedo gordo con una uñaka del calibre de las uñas de Freddy Krugger. Así que ya os podeis imaginar a dónde se me fue el misticismo aquella noche mágica. Estaba tan pendiente de que no se me viera el tomatarro del calcetín y menos aún aquella uña amenazante, que me perdí, y perdí toda consciencia del momento y perdí mi capacidad de análisis, y mi capacidad de reírme de todo, mi capacidad de percepción y mi capacidad para ver el lado bueno de las cosas, es decir, que me volví una incapacitada total, solo había que verme subir las escaleras... Parecía una rarita que se había escapado de algún centro de esos para niños especiales, arrastrando las plantas de los pies para que no se escapara la puntica del calcetín donde estaba el famoso tomate (y la famosa uña, no nos olvidemos de ella) . Vergüenza me da confesar que llevaba tomate en ambos calcetines, así que no se si os dará para tanto la imaginación como para haceros una composición de lugar del tipo de convulsiones que mi cuerpo producía para que mis pies no dejaran ir aquellos calcetines rebeldes (mi vida y los calcetines..... sorprendente!). Para facilitaros la imagen os daré una pista: Si mirais el video de Thriller de Michael Jackson os podreis hacer una idea,( bueno. De dónde he sacado que yo me moviera con tantísimo estilo?). Calla que a lo mejor guarda relación mis convulsiones de ahora con los calcetines. A ver si llega el buen tiempo y me quito los calcetines definitivamente (Por probar). Y al fin llegó el final de la escalera, llegué con agujetas, claro está, con la autoestima a la altura de los putos calcetines, y más sola que la una (claro, a quién le apetece ir al lado de una peonza humana bailando la coreografía de thriller”?, bueno, dándolo todo, estaba yo, eso es) Cuando traspasé la puerta de la sala dónde íbamos a hacer lo q fuera q íbamos a hacer, me quedé patidifusa. Al fondo había un pequeño altar con un ser sentado encima, vestido con un camisón blanco (que supongo que era un hombrecillo) con sendas manos ocupadas con sendos miniplatillos, que, dicho sea de paso, nos iban a dar el coñazo el resto de la noche. Y si mi memoria no me falla (quizá algo distorsionada, pero fallida... naaaa) el hombrecillo estaba rodeado por un montón de flores blancas preciosas (sin duda no eran las berzas q habíamos traido nosotros, que podríamos llamarlas Brassicas oleraceas (en latín siempre queda mejor), y no olvidemos que iban con sus raices y todo. Estaba el señor místico cantando un dharani (si, podeis cantarlo, no os corteis y ala, dad rienda suelta, bueno si estais solos mejor, y en la ducha mejor que mejor) al que, todo hay que decirlo, estaban todos los de la sala muuuy atentos. Menos nosotros que si haciamos caso nos descontrolabamos y atacábamos con nuestras carcajadas.Y el dharani decía tal que así: ATTE TATTE NATTE VANATTE ANADE NADI KUNADI SVAHA. Más o menos eh! Tened en cuenta que de eso hace 20 años por lo menos y no me acuerdo al pie de la letra, vamos que me lo he sacao de la manga (lo he sacado de San Google, lo confieso, puse “mantras que te hacen reir hasta el punto de mearse encima” y salió este y muchos otros pero este es el que me sonaba más) que fácil nos hace la vida San Google, ya no sabría vivir sin él! Lo que si recuerdo es que yo tenía los labios apretados para que no se me escapara la risilla esa, tan característica en mi, que me sale en misas, bautizos y comuniones (no he puesto museos porque no tengo costumbre de ir. Si, claro, a los otros sitios si, me harto de ir a misa cada día de la semana. No os riais, no, q seguro q nos encontrabamos más de uno en la puerta para robar el cepillo, (explicadme porqué se le llama cepillo, por favor) esta crisis va a acabar con nuestro sentido del humor, de la dignidad y de todo, resumiendo va a acabar con nuestro sentido, que no tiene ninguno, la verdad (Hay que ver lo dispersa que estoy no? Hoy voy a topeeee,) En fin que estaba yo tan concentrada apretando los labios superiores para no soltar la carcajada que iba a hacer girarse a todos los que estaban sentados en el suelo, que los inferiores los descuidé, parece ser, no pude contenerme y mojé los pantalones (diré en mi favor que los mojé poquito). Todo sumado era mucho, mucho era. Ir con los dedillos de los pies enroscaos para esconder los tomates, apretar los labios de arriba y de abajo, evitar mirar a mis amigos a los ojos, apretar los ojos para no llorar y no ver a mis amigos (eso ya lo he dicho, verdad? hay que ver como estoy) ...recordemos que estaba en modo incapacitada (y por lo q estamos leyendo sigo en ese modo), y en esos momentos, eso era más de lo que podía asumir. En un momento dado mi cuello hizo un ademán a la izquierda (no me preguntéis porqué, pero así fue) y me encontré a S. sentado en el suelo y votando todo él, todo su cuerpo era una fiesta de convulsiones. Sus hombros parecían tener que salir disparados a la de tres, y lo peor de todo es que todo ello iba acompañado de sonido. Se oía su culo rebotando contra el suelo, se oía su risilla sorda, en fin que al chaval se le oía, yo veía su espalda pero parece ser que el síndrome Siir (Síndrome de la Incontenible e Incontrolable Risa) se contagiaba por momentos porque a mi es lo que me faltaba para sacar de mi garganta un graznido? no se como describirlo porque era mitad ronquido, mitad resoplido ??, acompañado de una salida de mocos que gracias a Budha no lo vio nadie, o eso creo. Cuando me vi a las puertas del descontrol me giré y me topé con la pared, mi salvadora. Me senté y respiré profundamente para ver si se me pasaba (cara a la pared, claro para ocultar esas bonitas, gordas y verdes candelas) y dónde coñe están los kleenex cuando los necesitas??? Sorprendentemente aún no había conseguido controlarme cuando una mujer sentada a mi vera dijo: - Quiero compartir con vosotros una canción que le cantaba a mi hija para q se durmiera, y la tia se pone a cantar, yo no se como deben cantar los ornitorrincos pero seguro que se le parece mucho. Empecé a votar yo también, inevitable. Lo que me sorprende es que aún recuerdo el nombre de su hija y su canción que, para que negarlo, era cachiporra pura: “Laaaaaaauraaaaaaa, Laaaaaauraaaaaa, dueeeeeermeeeeeteeeee mi dulceeee membriiiiilloooooo, os aseguro que mis lagrimones caían a raudales creo que creé una mancha de humedad en la pared (dejé una forma bastante rarita. si te la mirabas largo rato se parecía a y hasta aquí porque antes de que me echaran o me quedara pegada en la pared me fui toda yo, todo glamour, convulsionando fuera de la sala. Me pregunto que tendrá la casa que no paro de deambular como un zombie bailando claqué, mis pies y sus tomates me llevaron hasta la cocina, no sin pasar por un lavabo y desahogarme, bueno, vaciar el depósito,vaciar mi nariz y ya calmadita

Por fin, me miré en el espejo y pegué un brinco, menudo susto me había pegado a mi misma, por Budha! Parece ser que mis lagrimones son radioactivos porque he desconchado la pared y se me han quedado pedazos pegados en la cara, lo que me faltaba, ahora si, ahora si que parezco un zombie!!! Que poco ha durado la calma, vuelvo a andar dando botes hasta la cocina, y me encuentro a S. con los carrillos llenos comiéndose las ofrendas que habían traído, aquello era el paraíso de la tortilla. Tortillas de patatas, de boniatos, de espinacas con piñones, de verduras, de queso (no era queso, era tofu) y como no, tortillas de varios huevos .....Entonces se unieron a la comilona P. y O. y cuando C. entró en la cocina casi le da un pasmo... - Pero que haceeeis????!!!!! Nos giramos todos pero no pudimos contestar ninguno, bueno si que podíamos, pero a riesgo de escupir varios proyectiles en forma de croqueta de tufo,perdón de tofu. En ese momento pensé. "si hubiéramos traído huevos podríamos haber hecho una tortilla con las florecillas de la rotonda., y no hubiéramos quedado tan malamente.


PAZ Y AMOR PARA TODOS (SIN TOFU POR FAVOR QUE A MI NO ME GUSTAAA)