Este texto lo encontré ayer, ya no se los que cuelgo y los que no, menudo lio llevo, es igual si lo he colgado y es repe, pues no lo leais y ya está. Es del año 2001 creo cuando Mia tenia un añito.
La oigo reír y la oigo llorar, pero ya
me he acostumbrado a no salir corriendo, ya me he acostumbrado a la
idea de que no está. La echo de menos, por eso debe ser que la oigo,
aún cuando no está. Dicen muchas de mis amigas que hay un lado
positivo en todo esto, que va muy bien eso de descansar cada 15 días,
tiempo para ti... He tenido tanto tiempo para mí y lo he malgastado tanto,
y lo he utilizado tan mal. ¿Para qué necesito más tiempo, para
seguir metiendo la pata en cada pequeño recodo de mi minúscula
vida?
Muy pocas veces tengo ganas de ordenar
los acontecimientos, para encontrarle algún sentido a las cosas en
general, y hoy es uno de esos días... Un día normal, que ni frío
ni calor, entrando en el verano, pero sin haber salido del todo de la
primavera, que no ha pasado nada, un día como el que vendrán muchos
otros, sin lluvia, sin tormentas, sin sol pero sin nubes
desparramadas, de aquellos días grises pero compactos, todo el cielo
es una enorme nube gris compacta, aburrida y lineal.
Y creo que un día como este es un buen
día, al fin y al cabo, para contarte lo bien y mal que me ha ido
todo, y lo mucho que puedes disfrutar de la vida, al mismo tiempo que
puede provocarte dolores tan intensos que te quitarán el habla, y te
faltará el aire, aunque segundos más tarde siempre acabas por
seguir respirando, te lo digo yo, que soy una superviviente, y que
decidí un día, que no recuerdo si fue llano como el de hoy o quizá
especial como otros, que sí, que valía la pena traerte a este mundo
porque hay muchas cosas que dar y otras muchas para recibir. Yo no
podría describirte el sonido de las lágrimas, ni a qué huelen las nubes, eso se lo dejaremos a
los entendidos en compresas, pero si voy a intentar explicarte con todo detalle lo
que las provocan. Y posiblemente sea porque yo no he aprendido
todavía a vivir sin que me duela, te dedico estas páginas para que
te sirvan de algo.
Lo primero que he aprendido y es mi
primera advertencia es que nos afectan y duelen muchas más cosas de
las que creemos, en ocasiones pasan inadvertidas en el momento en el
que ocurren, pero no importa el tiempo que pase, llega el día en que
todo tiene una explicación, todo tiene un porqué y todo lo que se
esconde en nuestro interior, resurge, aflora. Y gracias a ti, gracias
a toda la responsabilidad que ha recaído en mi desde el día que
supe que te tenía en mi vientre empecé a ver el mundo, a verme a
mi misma, al saberte dentro empecé irremediablemente a mirar dentro,
buscándote y cual fue mi sorpresaa cuando me encontré a mi misma, y entonces me di cuenta de que
hasta ese mismo instante mi vida había pasado sin ser vista, miraba
pero no veía. Me he pasado tantos años jugando a ser feliz, a reír,
a transmitirle al mundo que nada importa, que todo se supera, que yo
soy dura y fuerte como una roca, y que nada ha podido conmigo, y ha
sido todo una gran mentira, que me ha derrumbado de un solo golpe.
En los días en que te escribo todo
esto aún estoy muy lejos de haber solucionado todos los obstáculos
que yo misma he creado a lo largo de mi vida, y lo más doloroso es
que todos esos problemas te afectan a ti, tanto por mi estado de
ánimo, como por mi situación económica y mi situación con tu
padre. Me gustaría pensar que para cuando decida el final de este
escrito (que francamente no se si será largo o corto, o si tardaré
veinte días o veinte años en acabarlo) todo se halla solucionado,
ya no hablo de mi vida, sinó de la tuya.
Si algún día decides tener un hijo,
piensa en todo lo que puedes darle, sobretodo mira todo el amor que llevas dentro para ti, asegúrate de que eres lo
suficientemente feliz, y que sin importar lo material, tienes fuerzas
para darle todo lo que tienes dentro, busca ese amor que es el motor de la vida. De lo contrario sufrirás y le
harás sufrir.
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