Cómo os prometí en la última entrada, ahora va de hombres, aunque no necesariamente cronologicamente: Hay algunas historias que se borran en el páramo triste de mi pobre y escasa memoria así que entre eso y algún que otro papelajo antiguo que me voy encontrando (este por ejemplo ya andaba escrito en una libretica) y por lo que cuenta este historia es del 2001, o sea 13 años!!!
Le conocí rondando Febrero, y rondando a toda aquella que se dejara... aunque eso fue más tarde... El local ya estaba cerrado, y quedábamos cuatro gatos (pardos, por supuesto). Con el tiempo no he llegado a descifrar el porque estaba él allí, porque no era, ni es amigo íntimo de nadie del local, pero supongo q hoy por hoy eso ya carece de importancia.
Le conocí rondando Febrero, y rondando a toda aquella que se dejara... aunque eso fue más tarde... El local ya estaba cerrado, y quedábamos cuatro gatos (pardos, por supuesto). Con el tiempo no he llegado a descifrar el porque estaba él allí, porque no era, ni es amigo íntimo de nadie del local, pero supongo q hoy por hoy eso ya carece de importancia.
Extrañamente para esas
horas ese día yo estaba serena, teniendo en cuenta que eran las 5.30
de la mañana y que a mi me encanta beber, pues si, se hace difícil
de creer, pero ese día trabajé incómoda en el bar así que preferí
mantenerme serena por si surgía algún problemilla.
Para no estar borracha es
patético q no recuerde cómo acabé sentada entre dos tipos hablando
de mi frustración sexual, pero así empezó todo. Yo, convencida de
que su tendencia era claramente homosexual, me curré unas
buenas y espontáneas parrafadas de las mías a lo bruto, en fin, de
lo difícil que es hoy en día pegar un polvo para una mujer de
treinta y tantos que encima ha sido madre recientemente y por si
fuera poco le ha salido una verruga de lo más horripilante en medio
de la mejilla derecha (lugar discreto donde los halla para que te
salga una verruga enorme con tentáculos incluidos). Fui muy gráfica
y no ahorré en detalles... Les conté todos y cada uno de los arduos
pasos a seguir para poder llegar a casa acompañada; para empezar
conseguir que alguien se fije en ti ya es ganar una rifa, si tenemos
en cuenta que más de medio país es gay, y la mayoría amigos míos,
así que ya empezando por ese insignificante detalle, la cosa se pone
fea ya desde el principio. Una vez consigues engañar a alguien
“nogay”, gracias a la escasa luz de los locales nocturnos
(gracias miles al primero q tuvo la gran idea), y porque le has
convencido de que lo de la verruga ha sido voluntario para parecerte
un poquito a Cindy Crawford o Marilin - en este punto tengo q
confesar, q al ser tan poco amiga de la prensa rosa y no saber hasta
hace poco quién era Rociíto, pues dije Elle Macpherson, creyendo q
era esa la modelo de la gran peca – También tengo q decir q las
personas q me escuchaban tampoco se enteran mucho de quien es quien
en el mundo del famoseo porque se rieron de la bromita y además me
quedé ya para siempre con el mote de “la Marferson” - En fin,
una vez conseguido el hombre en cuestión, que seguramente está
borracho (sinó, de qué), como coño lo retienes cuando empiezas a
desnudarte y al quitarte el sujetador las tetas hacen el efecto
persiana (es decir, se desenrollan hasta coger la famosa forma de
teta de cabra), señalando traidoramente hacia el triangulito de las
bermudas donde una cicatriz delata dos cosas: 1. Que eres madre y 2.
Que eres torpe hasta para ser madre y te tuvieron que ayudar...
Llegados a este punto ya la cosa es confusa porque no queda claro si
es a él a quien le gustaría salir corriendo o eres tu quién te
arrepientes de haber sido tan atrevida como para enseñar cosa tan
grotesca a nadie, y normalmente la cosa no acaba de salir del todo
bien, por no decir que te queda un recuerdo patético del asunto y te
dices que es la última vez, etc... como cuando te levantas resacoso
y dices esa gran chorrada de “No voy a beber nunca más”, pues
esa frase ya engloba todo lo demás...
Y q en resumidas cuentas,
entre lo de ser madre, y todo lo demás pues una ya lleva casi dos
añitos sin follar y con unas telarañas considerables, que parece
que al andar rechino, y es más, creo de veras que me noto como una
telilla que me está creciendo ¿Será el himen? Creo que vuelvo a
ser virgen!!!
Llegados a este punto,
uno de ellos al que ya lo he bautizado con el nombre de Keanu, por
Keanu Reeves, (largo de explicar, bromita que tiene q ver con lo de
marferson y con lo q una se codea con Hollywood, en fin, que no lo
entenderíais, de verdad que no), está muerto de risa, con una mano
en mi teta para descubrir por si mismo lo de mis tetas de cabra y me
suelta “Tía, pues a mi me parece que exageras con tus tetas vente a mi casa que arreglamos este pequeño
problemilla en un santiamén” A lo que por supuesto yo contesto: “
Si, claro ya me conozco yo como acaban estas historias, vosotros de
juerga gitana y yo mirando la tele” – Evidentemente nadie
entiende la bromita, porque está claro que este chico que me magrea
la teta, de gay no tiene un pelo, y al darme cuenta de mi error me
entra un mareo y na mas que quiero de morirme de la vergüenza. De
todos modos, salgo airosa del asunto y sigo bromeando, esta vez sobre
Keanu, al que le ha dado un pequeño mareillo por qué está de
subidón, y yo hago una pequeña alusión al chiste más viejo del
mundo, pero con versión propia sobre el vértigo que le viene
provocado por la novel experiencia de sus neuronas al subirle al
cerebro, de ahí la expresión “subidón”. Para entonces Keanu
está por los suelos, se muere de risa y me pide por favor que le
acompañe a casa, a lo que yo le contesto que no puede ser, porque
cómo ya he explicado soy mamá y me están esperando en casa. Se van
sus amigos y él se queda conmigo y no para hasta que al final nos
besamos, (y tengo que reconocer que el chico besa de maravilla).
Insiste en el tema de su casa y yo insisto en el tema de la mía, y
al final lo llevo a su casa de camino a la mía, con A. detrás
de carabina. “Dame el teléfono que te llamaré”, a lo que A. añade: “eso, y la llevas al cine”, a lo que el responde: “Al
cine no, que ahí no se puede follar”, (Yo atónita) A.:
“Hombre, que podéis hacer las dos cosas!”, un poco burro si que
es el chaval, pero me gusta porque no se anda con rodeos, y si encima
yo voy por ahí pidiendo un polvo a gritos, pues a lo mejor lo ha
hecho por hacerme un favor y todo, para no perder el tiempo y eso (Ni
gastar el dinero tontamente).
En fin, que no me llamó.
Y en muchas ocasiones en las que nos volvimos a encontrar siempre me
decía cosas tipo: Justo te iba a llamar hoy… La próxima vez te
llamo… Vuelve a darme el teléfono que lo he perdido… ¿Marfer,
cómo era que te llamabas?...
Y os parezca curioso o
no, a mi siempre me hacía mucha gracia, realmente yo no he sido
famosa por mi orgullo y mi hacerme valer, desde luego.
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